El Sr. Rubalcaba ya es secretario general del PSOE. Ahora veremos lo que hace con el partido, sobre todo tras su afirmación de que hay que «cambiar de ideas» ¿Cambiar en qué sentido? Las ideas son el fundamento de toda organización política. No son adjetivas. Los lectores de la noticia pueden pensar que si el Partido Socialista cambia de ideas será ya otro partido ¿Más socialista, menos socialista, nada socialista como venía apuntando desde la llamada Transición? No lo sé. Ahora es moda que los partidos sean un envase de los más distintos y contradictorios contenidos ¿Respecto a Euskal Herria se aproximará el Sr. Rubalcaba a la postura del presidente del PSE, que desea cosas apreciables en varios sentidos, como dotar a los vascos de una Constitución que abra el camino a la autodeterminación? ¿Respecto a la situación económica de Europa aceptará el Sr. Rubalcaba la definición programática de la Sra. Chacón, que habla de la actual economía europea como de una despreciable economía de casino en que los ciudadanos son utilizados como simples y maltratadas fichas en el juego de los poderosos? El socialismo primero fue obrerista, luego se empinó hacia los dirigentes del capitalismo y se declaró combatiente en sus guerras. Y ahora navega entre los banqueros y la retórica progresista. No sé lo que va a hacer el Sr. Rubalcaba con un partido dividido en dos simétricas mitades, muy enfrentadas además. Por mi parte vuelvo al místico que ocupa mis más recientes lecturas: «También algunos al principio lo ofrecen todo; más después, combatidos de alguna tentación, tórnanse a sus propiedades y por eso no aprovechan en la virtud».