Vecinos de la Ribera de Deustua y Zorrotzaurre, apoyados por colectivos del barrio, se movilizaron ayer al mediodía frente a la discoteca Mao-Mao Beach -anteriormente se denominó Columbus y X-treme- para mostrar su «más absoluto hartazgo» con los problemas que viene generando ese lugar de ocio desde hace catorce años, cuando el Ayuntamiento de Bilbo concedió licencia para ese uso al pabellón industrial donde se ubica.

Los afectados, que han sufrido continuos destrozos y robos en sus vehículos y viviendas, pidieron a los responsables municipales que «se subsane el error de base», retirando el permiso. Los vecinos alertaron de que, «en fechas recientes», la discoteca había duplicado su aforo -de 500 a 1.000 personas-, «y ello cuando tiene abierto un expediente por sobrepasarlo y ya cumplió una sanción por el mismo motivo».

Poco después de la concentración ante Mao-Mao, el Consistorio bilbaino informó de que había impuesto una sanción de 15.000 euros y seis meses de cierre al local por incumplimiento de aforo. La infracción se detectó, según desvelaron, en una inspección de la Policía Municipal realizada en setiembre, cuando descubrieron que casi se duplicaba el aforo permitido.

Pero no fue la única queja vecinal. También pidieron a las autoridades que actúen contra la práctica del botellón como lo hacen en otras zonas de la capital. Desde hace dos años, la Ribera de Deustua y Zorrotzaurre sufren graves problemas por ello.