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Los puestos de Champions deberán esperar

Empate justo, pero qué injusto

Los rojiblancos, otra vez, se dejaron los tres puntos en el tiempo de descuento, en un partido vibrante, con alternativas en el juego y en el marcador, que acabó con un resultado que hace justicia a los visto y que permite a los de Marcelo Bielsa seguir arriba.

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ATHLETIC 3 - ESPANYOL 3

Joseba VIVANCO

Solo un minuto, un fatídico minuto a la postre, separó ayer al Athletic de dormir en puestos de Champions League por primera vez esta temporada. Hubiera sido el broche de oro a una semana mágica, en vísperas de una noche copera más mágica aún. Pero el fútbol, caprichoso, a veces también es justo y en San Mamés impartió justicia. Frente a frente dos equipos que demostraron, por juego y apuesta futbolísica, por qué están arriba en la tabla, aunque quizá el Espanyol fue quien puso más fútbol y el Athletic más corazón.

Ondeaban ya las bufandas rojiblancas en la fría noche de La Catedral, prestas a saludar una nueva victoria de los suyos, justo cuando pasado el tiempo reglamentario los periquitos sellaban el empate. Desde hacía siete años, en un 4-4 ante el Betis, el Athletic no perdía un partido en San Mamés habiendo marcado tres goles. La grada clamaba al cielo y recordaba aquellos minutos finales ante el Barça. Resultado justo, pero doloroso.

Los fríos minutos iniciales del partido poco hacían presagiar la deriva que iba a tomar el partido. El temeroso termómetro dio paso de inmediato a un completo dominio de los rojiblancos, al menos en lo que al juego de ataque se refiere, más que al control de un mediocampo en el que los españolistas quizá eran y fueron hasta mejores y superiores. El `gol fantasma' de Llorente -que realmente se fue lamiendo el palo visitante- fue el aviso de una lección de despliegue de los de Bielsa, con rápidos robos de balón, con un Javi Martínez que regresaba imperial en la zaga, buenas y rápidas combinaciones, llegadas por banda, todos y cada uno de los leones muy activos y participativos, desde San José hasta Llorente.

Un disparo fuera desde lejos de un pletórico De Marcos, otro con el mismo destino de Muniain, un nuevo intento lejano de David López que atrapaba el portero, nuevo chut de Javi Martínez tras un peligroso córner... El premio a ese atrevimiento fue el gol del de Guardia, tras un mal rechace de Didac. De Marcos se hacía con la pelota, se iba con suerte de un defersor dentro del área y con la puntera la mandaba adentro gracias a las blandas manos del portero. Su primer gol en Primera que no fuera a un equipo andaluz; curioso. Temporadón de De Marcos, que ya ha tenido participación directa en hasta 13 goles, 5 propios y 8 asistencias.

El buen juego tenía su premio. Pero fue justo a partir de ahí cuando el Athletic pasó de dominador a dominado, justo lo que tardó un Espanyol con buenos jugones en adelantar unos metros su juego y hacerse con la pelota. El paradón de Iraizoz a disparo de Countinho desde apenas dos metros fue el aviso de un empate que dejó helado a un San Mamés que empezaba a entrar en calor arremetiendo contra la actuación arbitral.

Una jugada mal defendida por los locales, indolencia incluida a la hora de cortar el tuya-mía españolista, acabó con Romaric mandando el balón a la red. Los de Pochettino pasaban a dominar la zona central, tocaban bien, llegaban con soltura a los tres cuartos rojiblancos, se les veía hasta cómodos, mientras el Athletic se desactivaba, perdía cohesión, demasiada distancia entre jugadores, David López se desvanecía, Iñigo Pérez ni estaba ni se les esperaba. Un gol mal anulado por inexistente fuera de juego a Héctor Moreno salvó al Athletic de acabar la primera mitad aun peor. Y eso que Llorente estuvo a punto de marcar en un blanco remate a pase atrás de De Marcos.

El Athletic urgía cambios. Y Marcelo Bielsa estaba en la misma sintonía que la grada. Herrera y Susaeta saltaban en sustitución de Iñigo y David López para empatar esa superioridad españolista en la zona central. El problema fue que sin tiempo para tocar una pelota, el hábil, peligroso y pendenciero Weiss enviaba un misil desde treinta metros que sorprendía a un adelantado Gorka. Tres meses llevaba el Athletic sin recibir un gol desde fuera del área en liga.

Un tanto que evidenciaba la grieta que ayer destapó el sistema de Bielsa, ese marcaje individual, hombre a hombre, donde cada cual presiona como un perro de presa en campo rival, pero que si éste es sorteado por el contrario deja a su espalda unos enormes pasillos que ayer fueron auténticos coladeros. Jugadores como Romaric encontraron ahí una autopista y fueron no una, sino dos y más veces las que los rivales se adentraron hasta la frontal rojiblanca para disparar a puerta casi sin oposición. Una falla en el sistema que Bielsa deberá hacérselo mirar.

El gol del Espanyol medio noqueó a un Athletic sin ideas, que no se encontraba a sí mismo, sin dominio del balón, irreconocible para él y para la grada. Pero por suerte, este equipo tiene recursos, de los de ahora y de los de antes. Corazón. La puso Susaeta perfecta en un saque de falta después de hacerlo de manera pésima en dos córners, y allí apareció otra vez la `almendra' de Llorente para igualar el marcador e insuflar aire al equipo. Sexto gol del `9` en una semana.

La réplica la dio Raúl en un remate que sacó el propio `Susa' bajo palos, y a renglón seguido, un Athletic desmelenado y que sorprendía al Espanyol, remataba esos cinco minutos con un buen balón puesto por Herrera que Javi Martínez colocaba de cabeza en la red. No marcaban en el mismo partido de liga los dos campeones del mundo rojiblancos desde hacía más de un año. Lo más difícil estaba hecho.

El partido entraba entonces en una vorágine, en un devenir vertiginoso donde el Espanyol no cejaba de dar muestras de peligro y el Athletic echaba el resto, se desgastaba en cada metro del césped, cabalgando sin freno al ataque y dejando demasiados riesgos en la retaguardia.

Pudo sentenciar el balón que Susaeta mandó a la escuadra, pero no quiso entrar. Entraba un jaleado Toquero en su partido cien en Primera por un ovacionado Llorente y con él el Athletic se dejaba el alma sobre el campo para sostener el resultado. Pero lejos de encastillarse, en el minuto 91, balón largo hacia el área españolista, hasta tres leones corren hacia él en pugna con el portero, que se lo lleva, inicia la jugada de ataque, nuevo pasillo atrás de los de Bielsa, balón bombeado, Javi Martínez que resbala y entre los dos suplentes, Uche y Forlín, fabrican el empate. Justo empate. Un punto amargo, pero punto para seguir sumando... Pero qué mal cuerpo se le queda a uno...

Bielsa felicita a sus jugadores y dice estar «triste, no enojado»

El entrenador Marcelo Bielsa confesó sentirse «triste, pero no enojado» por haber encajado el gol del empate en el tiempo extra del partido contra el Espanyol, ya que consideró que sus jugadores completaron una actuación «muy valiosa», que debió haberles dado la victoria. «El equipo defendió bien, triplicó en ocasiones de gol al Espanyol, intentó defender el resultado con la posesión, con ideas ofensivas, sufrió pocas llegadas del rival y la acción del empate llega tras un resbalón», enumeró el técnico argentino.

Cuando se le cuestionó si el Athletic debería haber jugado de otra manera en esos minutos finales para evitar el empate, el rosarino recordó que ese patinazo de Javi Martínez vino precedido de una jugada en la que tres futbolistas locales habían presionado a la vez al portero Kiko Casillas buscando el cuarto gol. «Ahí el portero se la quita de encima, casualmente cae a la derecha donde nuestro jugador que debía cortar el pase resbala. Entiendo que no hay mejor forma de defenderse que obligar al rival a que se adapte a un equipo que, a pesar de ganar, sigue atacando», argumentó Bielsa.

El técnico local, por último, destacó que entre todos los jugadores del Athletic que salieron al campo «el que peor lo hizo, jugó bien». Y añadió en ese sentido que «no hubo jugadores que hayan jugado menos que bien e Iturraspe está entre los que jugaron por encima de bien», destacó el rosarino alabando a los suyos.

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