Partido sin mucha historia el que se vivió ayer en el Universitario, donde San Antonio le devolvió la moneda al Huesca por la derrota de la primera vuelta y le superó en el gol average, por si acaso. Los oscenses apenas plantearon resistencia en los primeros diez minutos porque, a partir de ahí, los anfitriones fueron dueños y señores del encuentro sin mayor oposición.

La igualdad duró hasta que los de Apezetxea cerraron filas en defensa y salieron rápidos a la contra, cualidad con la que machacaron una y otra vez a su rival. Más rápida, más férrea y más precisa, la escuadra navarra fue abriendo brecha en el electrónico a partir de un ficticio 4-5 del minuto 9 que hizo trizas merced a un parcial de 8-1 con el que comenzó a encarrilar el envite a su favor,

Alberto Agirrezabalaga y Adrián Crowley se ponían las botas corriendo por detrás de la espalda de sus rivales y encarando a Voncina en clara ventaja. El mayor peligro del Huesca lo llevaba su pivote Tremps, el más entonado en ataque.

Con las diferencias ya plantadas en un abanico de entre cinco y siete goles, el inicio de la segunda parte estuvo marcado por el papel protagonista de los porteros, quienes pararon tanto en los diez primeros minutos de esta fase como en toda la primera parte para acrecentar todavía más el marcador del lado local, que ya se acercaba a números superiores a la decena.

En el intercambio de golpes, el San Antonio salió claramente victorioso, con un Víctor Álvarez que las metía de todas las maneras y posiciones posibles. Hasta Ristanovic se atrevió a lanzar de portería a portería y sumar también su propia aportación en ataque. Fue el broche a una tarde provechosa.