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38º congreso del PSOE | Crónica | la tensa espera

El aplausómetro no avala un desenlace incierto hasta el fin

El aplausómetro no supone una causa efecto». Tras las intervenciones de los dos candidatos, este mensaje fue el más repetido por los partidarios del ya nuevo secretario general del psoe, alfredo pérez rubalcaba. Tenían razón. Los fieles a chacón fueron más efusivos pero se impuso el exministro tras una larga e incierta jornada.

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Alberto PRADILLA

«Por aplausos, diría que va a ganar Carme Chacón, aunque el discurso de Rubalcaba ha sido buenísimo». Así se expresaba un delegado andaluz minutos después de que los dos aspirantes dieran por finalizada su intervención. En ese momento, cuando se abrían las puertas para que los 956 compromisarios depositasen su voto, la rumorología apuntaba hacia un triunfo de la catalana. Eso sí, las quinielas se basaban exclusivamente en el número de adhesiones sonoras recogidas durante su «speech», más centrado en lo emotivo que el de su rival. El tono es lo que verdaderamente les diferenció. El de Rubalcaba, que comenzó flojo, más institucionalizado, más de partido. El de Chacón, con demasiados decibelios, arrancó aplausos sin hacer ninguna propuesta.

«Chacón ha hablado como si se tratase de un mitin. Pero estamos entre militantes, gente que ya comparte un bagaje. No me ha gustado», señalaba una delegada de Castilla La Mancha. En las más de cuatro horas que pasaron desde que ambos aspirantes subieron al estrado hasta que Rubalcaba fue definitivamente entronado, dio tiempo a que los delegados expresasen sus filias y sus fobias. Los chaconistas abrieron la veda aplaudiendo en tromba a su candidata, lo que generó el miedo entre los fieles al exministro de Interior, que al mediodía no las tenían todas consigo. Por eso, aprovechaban para poner en duda las palabras de Chacón. Mientras, en el exterior, decenas de personas se concentraban frente al hotel de los bocadillos a 10 euros donde se celebra el cónclave socialista para protestar por los recortes impulsados por la Junta de Andalucía.

«Me ha decepcionado. Ha lanzado un mensaje muy populista. Tengo claro a quién voto. Rubalcaba ha ofrecido mucho más contenido», indicaba un delegado aragonés que reconocía lo obvio: «Al fin y al cabo, los dos dicen lo mismo. Solo que con diferentes formas». Con una retórica más centrada en la estética que en mensajes de calado, algunos compromisarios no escondían que sus motivaciones se alejaban de la discusión política. «Como gane Chacón, no sé qué voy a hacer», se lamentaba un miembro del PSOE de Sevilla, que interrogado sobre el motivo de sus críticas respondía: «Todos sabemos qué es el PSC».

Las presiones denunciadas por algunos de los delegados andaluces fue otra de las conversaciones que marcaron las horas previas a la elección. Mientras que compromisarios procedentes de Almería y Jaén rechazaban haber sufrido ningún tipo de injerencia, un extremeño les contradecía. «En el momento de votar, muchos andaluces nos han contado que han tenido una noche movidita», reconocía. Con el recuento fuera de tiempo, el nerviosismo se incrementaba. «¡Si saben más los de «El País» que nosotros!», protestaba una compromisaria de Albacete cuando las fuentes no oficiales ya apuntaban a la victoria de Rubalcaba. A partir de las 17.00 horas, explosión de alegría y rostros serios con la previsión de una larga noche.

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