IRLANDA 21

GALES  23

En un partido espectacular, la selección de Gales, diezmada por las numerosas lesiones, confirmó las buenas sensaciones ofrecidas por sus jugadores más jóvenes en el pasado Mundial que se celebró en Nueva Zelanda durante el pasado mes de octubre y demostró que tiene enorme calidad en el banquillo para derrotar a una Irlanda que notó la ausencia de su gran capitán, Brian O'Driscoll.

Un golpe de castigo transformado por Leigh Halfpenny ya dentro de los últimos 60 segundos de juego puso al XV del Dragón por delante en el marcador y le dio la merecida victoria en la primera jornada del torneo.

Seis minutos antes, George North daba esperanza a los galeses con un ensayo que les situaba a solo un punto del XV del Trébol (21-20), después de pasar diez minutos con un hombre menos por la expulsión de Bradley Davies. Jugar con uno más lo había aprovechado Irlanda con un gran ensayo de Tommy Bowe (21-15), ganando la superioridad en el ala tras un ataque propiciado por un oportuno robo del oval de Donnacha Ryan al saque de banda galés.

Era, quizá, más de lo que merecían los hombres dirigidos por Declan Kidney, quienes milagrosamente acabaron la primera parte por delante en el marcador tras unos primeros 40 minutos de dominio total de la selección visitante, pero fueron los locales quienes se fueron al vestuario ganando por un ajustado 10-5.

Sin ferocidad ni agresividad ante los ataques de los visitantes, imaginativos en sus variantes, Irlanda sobrevivió gracias a los golpes de su apertura, Johnny Sexton, y un ensayo convertido por Rory Best en el minuto 38. Contrarrestaba así un ensayo anterior de Jonnathan Davies, quien posaba el oval tras una precisa descarga de Rhys Priestland, muy desacertado a lo largo del encuentro. Repetiría ensayo Jonathan Davies en el minuto 55 (13-15) y con nuevo pateador, Halfpenny, volvían los galeses a tomar ventaja en el marcador de Dublín, hasta que se quedaron con uno menos. Ni la expulsión de Bradley Davies ni la reacción irlandesa minaron la confianza de los visitantes, que siguieron jugando el balón a mano, dando profundidad, como demostraron con el último ensayo de North, fruto de otra descarga plena de imaginación de Ian Evans.

Un justo final

El gran final de los galeses hizo justicia, ya que locales no merecían que ganasen el encuentro. Pese a ello, y cuando faltaban cuatro minutos para el final, los irlandeses ganaban 21-15, pero en unos cinco minutos mágicos los galeses anotaron un ensayo y un golpe de castigo para ganar con ajustado resultado, pero la diferencia hubiera sido mayor si los visitantes hubieran estado un poco más acertados en los lanzamientos a palos.