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Olaizola dirigió pero no fue director del Museo de Azpeitia

Juanjo Olaizola, director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia desde su fundación, ha perdido su primera batalla contra Euskotren, debido a que una sentencia judicial le niega la clasificación profesional de director. No le reconocen la categoría, pero sí las funciones.

A.E.-A.A. | DONOSTIA

Con la vista puesta en el juicio fijado para el 2 de marzo próximo, en el que se dilucidará si el despido de Juanjo Olaizola fue o no procedente, la batalla del antiguo director del Museo del Ferrocarril de Azpeitia ha sufrido un revés ante la sentencia pronunciada por la titular del Juzgado de lo Social número 2 de Gipuzkoa, y que fue dada a conocer ayer por Eusko Trenbideak. El objetivo de Olaizola era que se reconociera que durante veinte años ha ejercido la dirección del museo, frente a la actitud de la empresa, que sostiene que su categoría era únicamente de jefe de servicio y que se le sustituyó por una nueva directora en una convocatoria pública. Una cuestión semántica, pero importante en el fondo.

El pasado mes de diciembre, la dirección de Eusko Trenbideak anunciaba el despido de Juanjo Olaizola, uno de los grandes especialistas en el mundo del ferrocarril y alma mater del Museo del Ferrocarril de Azpeitia. El despido se producía un año después de que la consejería de Transportes le apartara de su puesto para trasladarle al área de formación de Euskotren, en lo que se podría considerar como una auténtica caza de brujas resultado de sus críticas al consejero de Transportes Iñaki Arriola y, sobre todo, al viceconsejero Ernesto Gasco por la elección en una convocatoria pública -Olaizola quedó el cuarto, parece que por el test psicotécnico- de la historiadora Maitane Ostolaza como nueva directora del centro; unas críticas que le valieron varios expedientes disciplinarios y desembocaron en el despido.

Sin embargo, la decisión de retirar a Olaizola de la dirección provocó la protesta de numerosas asociaciones ferroviarias, incluso internacionales, de la Asociación de Amigos del Museo del Ferrocarril de Azpeitia; esta última incluso lanzó acusaciones de «amiguismo» hacia Gasco -Ostolaza sería amiga del viceconsejero y concejal-.

Según la sentencia dictada por la juez María Luisa Pericás, y que no tiene posibilidad de recurso alguno, se desestima la demanda de Olaizola en la que solicita que se le reconozca la categoría profesional de director. Según el relato de la sentencia, este ingresó en Eusko Trenbideak en marzo de 1994, con categoría de jefe de servicio o gestor responsable nivel 12. En octubre de 2010, se fundó la Fundación del Museo Vasco del Ferrocarril y el 17 de enero de 2011 se decidió crear el puesto de director del museo y realizar una convocatoria pública. Como apunta la Inspección de Trabajo, con la sucesión de empresa, lo que Olaizola plantea es que se le reconozca una función que lleva ejerciendo desde los inicios. La cuestión dice que «es un problema semántico», entre el concepto de «director» o «responsable». Y ese mismo cambio de empresa es el que juega en contra de él, ya que la jueza da la razón a la Fundación; es decir, no pone en duda que dirigiera el Museo del Ferrocarril, pero la actual Fundación tiene otro organigrama. Habla de falta de acción e inadecuación de procedimiento para absolver a Eusko Trenbideak.

GASCO, SATISFECHO

«Hoy es un día importante para mí», declaró ayer Ernesto Gasco. «Tras meses de falsas acusaciones y de permanecer en silencio para no caer en el juego de los `interesados' se ha hecho pública la sentencia del tribunal de lo social que manifiesta que Olaizola no ocupaba el puesto de Director del Museo del ferrocarril, pues no existía dicho puesto».

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