Helio Robleda, presidente de Comptos, compareció ayer en el Parlamento y arremetió con la fórmula que se ha empleado en los planes urbanísticos de Egues y Burlata. En ambos casos, el Ayuntamiento creó una sociedad pública que se asoció con un socio privado para empezar a construir. Según Robleda, esto es perfectamente legal, pero a su juicio, el hecho de que el socio privado en ambas localidades sea la empresa Nasipa le parece «sospechoso».

Los problemas que generan estas sociedades mixtas aparecen desde el inicio. El Ayuntamiento cede a la sociedad pública las parcelas a construir y, posteriormente, este ente público las enajena a la sociedad mixta. A juicio de la Cámara de Comptos, tal forma de proceder provoca «confusión, complejidad, falta de seguridad jurídica e indefinición en la tramitación del conjunto de las actividades urbanísticas». En definitiva, este modelo es «opaco» y dificulta «plantear un control o tutela».

En su intervención, Robleda hizo hincapié en que la comisión de gestión que recibe Nasipa como titular del 49% de la sociedad mixta varía mucho de un Ayuntamiento a otro, ya que va del 4% al 0,25%. Asimismo, Comptos destaca que las sociedades municipales manejan muy poco capital y no están lo suficientemente dotadas.

También sostuvo que llama la atención que Nasipa, que es una constructora, acabe siendo la adjudicataria de las obras para construir las viviendas protegidas. Se trata, además, de promociones de gran volumen: 473, en Burlata y otras 348, en Egues.

Las conclusiones del secretario general de Comptos, Luis Ordoki, apuntaban en la misma dirección, ya que recalcó que para que éste modelo de gestión sea «impecable debe actuarse con la máxima transparencia».

La comparecencia de Robleda y Ordoki en el Parlamento estuvo motivada en una petición de NaBai sobre la fiscalización de los municipios navarros de más de 10.000 habitantes.