Dos lugares, dos hombres y una misma idea para reflexionar. A Diego Cañamero, portavoz del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), y a Arcadi Oliveres, doctor en economía y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, les une ser dos destacados activistas de la lucha social contra el capitalismo. Ayer estuvieron invitados en Euskal Herria, en espacios distintos y ante públicos diferentes. Cañamero en la sede de LAB de Gasteiz y Oliveres en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbo. Ambos denunciaron con claridad las tropelías del sistema capitalista y coincidieron en la idea del reparto del trabajo como fórmula para luchar contra el desempleo. Oliveres argumentó su reflexión con la iniciativa llevada a cabo en el Estado francés hace doce años y que logró dar trabajo a casi dos millones de desempleados. Cañamero habló de lo que conoce y explicó la propuesta del SAT en Huelva para evitar un conflicto social entre inmigrantes que trabajan en la campaña de la fresa y los jornaleros en paro. Que dos hombres, procedentes de realidades muy diferentes, lleguen a la misma conclusión estimula la credibilidad de medidas donde la solidaridad entre trabajadores juega un papel imprescindible para la solución y para romper la estrategia neoliberal de conformar una clase trabajadora dividida, explotada, con miedo y sin derechos. Lo que dijo Oliveres lo sé por este diario. Al portavoz del SAT le escuché en directo. No cabe duda de que la claridad ideológica y el entusiasmo de Cañamero por transformar la sociedad contagian y ponen un poco de locura revolucionaria en los encorsetados discursos «revolucionariamente correctos»... que también los hay.