Lakua suspendió ayer el proyecto de Ley de Atención y Recuperación Integral de las Víctimas de la Violencia contra las Mujeres tras constatar la «falta de voluntad y de clima político, institucional y social necesarios para avanzar hacia su aprobación desde el máximo consenso».

A través de un comunicado, recogido por Europa Press, el Ejecutivo autonómico anunció que seguirá trabajando y adoptando medidas para garantizar el derecho de las víctimas de la violencia machista, en cualquiera de sus manifestaciones, a recibir la mejor atención y protección.

El Gobierno de Patxi López defendió la regulación por ley como el «mejor camino» para cubrir el vacío legal existente en la atención y recuperación integral del conjunto de las mujeres víctimas, dado que la normativa actual se centra en las manifestaciones de violencia de género que se producen en el ámbito de la pareja o expareja y en determinados casos de agresiones sexuales.

Desde el principio de esta legislatura, López se marcó la lucha contra la violencia machista como uno de sus objetivos prioritarios, razón por la que puso en marcha la Dirección de Atención a las Víctimas de Violencia de Género. Una dirección que, en opinión del Departamento de Interior, está permitiendo realizar avances «muy importantes en la atención y la protección a las mujeres que sufren esta lacra».

Sin embargo, el proyecto de ley no contó con una buena acogida en el movimiento feminista de Euskal Herria, que hace dos semanas advirtió que el texto presentado por el Departamento de Interior «policializa» el problema generado por la violencia machista.

Una norma innecesaria

La primera respuesta política llegó ayer desde Alternatiba. En un comunicado, la portavoz de esta formación, Ana Etxarte, aplaudió la suspensión del proyecto y exigió la retirada definitiva del mismo.

En su opinión, el proyecto de ley ideado por Lakua es una norma «innecesaria» que «nunca ha gozado de consenso porque solo era fruto del deseo del Departamento de Ares por hacer políticamente rentables a las víctimas de la violencia machista». «Pretendía convertir la violencia contra las mujeres en un asunto de seguridad pública», añadió Etxarte.