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ENTREVISTA

«Buscamos un acuerdo básico a largo plazo más allá de lo electoral»

 

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Patxi Zabaleta

Coordinador general de Aralar

Patxi Zabaleta (Leitza, 1947) fue reelegido coordinador general de Aralar en el V Congreso de setiembre, cuyo eje principal fue el impulso de la unidad abertzale y progresista que dio lugar a la coalición Amaiur. La apuesta de Aralar por la unidad ha vuelto a reeditarse este sábado, tanto en la vertiente electoral como en la búsqueda de acuerdos estratégicos. Pero en esta ocasión la discrepancia interna se ha escenificado de forma más pública. Se ve que eso le preocupa, pero no frena al partido.

Iñaki IRIONDO

El sábado Aralar celebró una asamblea en la que volvió a reiterar su apuesta por la unidad de las fuerzas abertzales y progresistas. Su coordinador general, Patxi Zabaleta, hace una valoración «positiva». En cuanto a «la anunciada ausencia de algunas personas», la califica de «dato negativo. Pero, en cualquier caso, la decisión del partido como tal está muy clara y la tenemos que seguir gestionando».

Esa ausencia ha hecho que la propuesta de la dirección fuera fuera aprobada por 94%, pero, al margen de estos números, ¿cree que el apoyo a la unidad va creciendo desde el V Congreso, en que fue de un 71,74%?

La apuesta por llegar a acuerdos estratégicos va creciendo. De hecho creo que esa apuesta es de todos, porque es el sentido ideológico de Aralar desde el principio. El acuerdo ideológico es común y creo que ahora la com- prensión del acuerdo estratégico es cada vez mayor. Pero sigue habiendo algunas personas que tienen, más que contrapropuestas ideológicas, reparos. Sobre todo en cuanto a la velocidad y a cuestiones tácticas.

Comentaba el otro día que se están sobredimensionando estas críticas internas, ¿A qué cree que obedece esta actuación?

La propuesta política que puede surgir de un acuerdo estratégico tiene vocación de luchar por ganar y todos nuestros antagonistas políticos tienen interés en erosionar eso. Una propuesta hecha con base en los mimbres de un acuerdo entre cinco partidos, incluida Abertzaleen Batasuna, es una apuesta para ganar la mayoría. Luego el electorado dictará el veredicto. Pero la mayoría social en Hego Euskal Herria es progresista y apuesta por el derecho a decidir. Es posible ganar en todos los territorios, incluido Bizkaia. Por eso hay intereses que se sienten en peligro por esa posibilidad.

Se está incidiendo en la apuesta electoral, aunque Aralar habla más de un acuerdo estratégico. ¿A qué se refiere?

A la búsqueda de un acuerdo básico a largo plazo para dar respuesta a los problemas fundamentales que tiene Euskal Herria. En primer lugar, la situación económica y social. No podemos olvidar que vamos a ser examinados por el trabajo y las propuestas que hagamos en materia de empleo y de respuesta a los problemas económicos. Pero, junto con eso, en otra perspectiva están los problemas de acabar el proceso de paz, conseguir los avances en la normalización política y dar los pasos necesarios en la convivencia social. Eso se debe abordar con acuerdos de largo plazo y con visión de futuro. Ese acuerdo estratégico tiene que estar en la base de cualquier acuerdo electoral. Pero, diría más, ese acuerdo estratégico puede no reflejarse en un momento dado en un acuerdo electoral, pero tiene que dar frutos como el Acuerdo de Gernika. El Acuerdo de Gernika no es solo lo que está escrito, es el acuerdo básico que ha hecho posible que se escriba eso. El Acuerdo de Gernika no desembocó enseguida en un acuerdo electoral -hubo Bildu, hubo Aralar-. El acuerdo era más profundo que las apuestas electorales, pero las apuestas electorales tienen que tener en la base, por lo menos, el acuerdo estratégico.

¿Qué incidencia puede tener ese acuerdo estratégico en Nafarroa, donde Aralar y sus futuros socios están en el Parlamento y en ayuntamientos en grupos diferentes? ¿Puede haber una mayor coordinación?

Puede, pero no necesariamente como he dicho con lo del Acuerdo de Gernika. En cualquier caso, hoy en Nafarroa la oposición está conformada por Nafarroa Bai, Bildu y Ezkerra-Izquierda. El PSN tiene un esquema teórico de hacer oposición al Gobierno de Madrid, pero en la práctica sigue las pautas de la derecha, porque la práctica política de Yolanda Barcina es una práctica de derecha e incluso de extrema derecha. En la práctica el PSN ha desaparecido y la oposición la conformamos quienes la conformamos, y el signo de esa posición tiene que ser social, económico y también de una transversalidad en lo identitario, y, por lo tanto, defendiendo el derecho a decidir.

UPN, PSN y PP han trasladado al Parlamento Foral el acuerdo alcanzado en el Congreso sobre el final de ETA...

Si en el Congreso de los Diputados ese acuerdo ya tenía sus evidentes carencias, en el caso de Navarra hay que añadirle una más: UPN ha conseguido apartar al Gobierno de Navarra de cualquier toma de decisión o quehacer propio. Lo que hacen es solo instar al Gobierno de Madrid, pedirle que dirija la política que llaman antiterrorista. La dejan en manos de Madrid.

El jueves, en el Parlamento de Gasteiz coincide la presentación de iniciativas del lehendakari con la votación de dos mociones de Aralar sobre paz y normalización. ¿Puede salir algo de ahí?

Pues no lo sé, habrá que ver todas las posibilidades. Pero, en todo caso, estamos en una fase en la que lo más importante es lo más difícil de ver: la evolución. Las posturas están cambiando mucho. Todavía hay que dar más pasos, pero los pasos más importantes, cara a la paz y a la normalización, ya se han dado. Y eso se ha hecho en las condiciones previstas por el Acuerdo de Gernika, lo que da un gran capital político a las ofertas abertzales. La sociedad toma en consideración a quien da pasos de forma unilateral. Los pasos fundamentales se han dado, pero los que quedan por dar no son fáciles. Está el tema de los presos, cuestiones que quedan con respecto a algunas víctimas... Lo más importante era el cese en la lucha armada y su comprobación, no ninguna disolución ni entrega de armas. Faltan cosas pero hay voluntad de llevarlas a cabo.

¿Qué papel atribuye Aralar al lehendakari?

Son los partidos políticos y las fuerzas sociales las que deben tener un protagonismo especial. Las instituciones también, pero sobre todo las fuerzas políticas y sociales. Somos partidarios de que sean mesas de partidos, no solo los ámbitos institucionales, los que impulsen los cambios. En ese sentido, el lehendakari, como un agente político más que es, puede hacer propuestas y sus propuestas tienen que ser debatidas y también modificadas. El lehendakari está mostrando una inquietud que antes se le echaban en falta. Las propuestas que ha hecho hasta hoy no cumplen todos los requisitos, pero hay una evolución en el PSE y también en el PP.

Volviendo a la cuestión de la asamblea y en relación al Parlamento, tres de los cuatro parlamentarios parecen no coincidir con la apuesta de la Asamblea, ¿eso va a influir en lo que queda de legislatura o hay una buena coordinación con la dirección?

Hacemos un balance positivo de la actuación y del trabajo del grupo parlamentario y creemos que así seguirá siendo. Como partido tenemos que aspirar a que esta legislatura se acabe en el mismo sentido que se ha desarrollado hasta ahora y esperamos que así sucederá. Que con respecto al futuro existan unas pequeñas diferencias no tiene por qué ser obligatoriamente causa de una modificación en las relaciones. Lo digo con toda honradez y con toda esperanza. Creo que el grupo seguirá trabajando como grupo y seguirá trabajando bien.

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