China apuesta por intercambiar crecimiento por estabilidad
Menor crecimiento económico, más estabilidad social en el mundo rural y mayor esfuerzo militar y policial. El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha trazado las prioridades del Gobierno de Beijing ante la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular. Todo ello para hacer frente a desafíos como la crisis mundial, las revueltas campesinas y étnicas y las rivalidades crecientes en el continente asiático.
GARA | BEIJING
Durante su tradicional discurso de política general ante la cita anual de la Asamblea Nacional Popular reunida con gran fasto en el imponente decorado del Palacio del Pueblo de Beijing, el todavía primer ministro chino, Wen Jiabao, desgranó durante dos horas los desafíos para un país que ase prepara para el relevo en la cúspide del poder.
Tomando en cuenta la crisis persistente en Europa y la timidez de la recuperación económica en EEUU, sus dos principales socios comerciales, la segunda potencia económica mundial aspira a reducir este año su objetivo de crecimiento al 7,5% frente al 8% del ejercicio pasado, anunció Jiabao.
El problema es que el pasado año las perspectivas volvieron a fallar por exceso y el crecimiento del PIB se situó en torno al 9,2%. Y no se excluye que en este revuelto ejercicio el crecimiento del producto interior bruto vuelva a los dos dígitos, como ocurrió en 2010.
Los expertos aseguran que Beijing se daría con un canto en los dientes si no superara el 8,5%. Y es que el objetivo es reorientar el modelo de desarrollo hacia el consumo interno. «Debemos acelerar la reorientación económica acrecentando la demanda interna, sobre todo el consumo, la innovación y el ahorro energético para la construcción socialista, preservando la estabilidad para celebrar con sobresaliente éxito en XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista Chino», señaló.
Dicho Congreso se reunirá el próximo otoño, como cada lustro, y sentará la política china de la próxima década al elegir al Comité Central del PCCh, del que saldrá el Politburó y el secretario general, que aprobará la Asamblea Nacional Popular en 2013 como nuevo presidente chino.
Reformas liberalizadoras
En su informe anual, leído ante los cerca de 3.000 miembros del plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el primer ministro prometió asimismo reducir los monopolios estatales en muchos sectores de la segunda economía mundial, estimulando la inversión no gubernamental en energía, telecomunicaciones, ferrocarriles, finanzas, educación y sanidad.
No obstante, Wen dedicó buena parte de su discurso a defender el mantenimiento de la paz social, sobre todo en la China rural, asolada por revueltas contra las expropiaciones abusivas de tierras. «El derecho de los campesinos sobre la tierra que trabajan contractualmente, sobre la que han construido sus casas (...) son derechos de propiedad conferidos por la ley y nadie puede violarlos», insistió el primer ministro.
Esta advertencia coincide con la resolución de la crisis, totalmente democrática, de la localidad rebelde de Wukan, donde sus habitantes expulsaron a los cuadros del partido corruptos que se hacían desde años con sus tierras para revenderlas a promotores inmobiliarios.
La creciente desigualdad social y de rentas es un quebradero de cabeza para el régimen chino, como lo son los periódicos levantamientos populares de las poblaciones tibetana y uigur contra el colonialismo han.
Por primera vez desde el triunfo de la revolución maoísta, el próximo número uno chino, Xi Jinping, estará acompañado por una mujer más famosa aún que él, la popular cantante Peng Liyuan. Hasta ahora las esposas de los máximos mandatarios chinos han mantenido un perfil muy bajo, sobre todo desde el caso de la emperatriz roja y compañera de Mao Jiang Qing, caída en desgracia.
El Gobierno chino en funciones ha anunciado un incremento del 11,2% en el presupuesto militar para este año en el marco de la anunciada aceleración de los planes de modernización del Ejército chino, el mayor en términos cuantitativos, que no cualitativos (es ampliamente superado por EEUU) del mundo.
«Vamos a reforzar nuestras capacidades para ganar guerras locales». Beijing reclama casi todas las islas del Mar de la China Meridional y cuya soberanía disputa a Vietnam, Filipinas, Taiwán, Brunei y Malasia, además de a Japón.
También el presupuesto policial registrará un incremento de dos dígitos y será mayor que el incremento militar, ya que alcanzará un 11,5%. Una repuesta represiva a una creciente tensión social con manifestaciones populares en buena parte del país, sobre todo en la provincia manufacturera de Guangdong.
Esta tensión creciente compromete el objetivo de la sociedad armoniosa liderado por Hu Jintao.
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