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Hace unos meses la Fundación Valle Salado de Añana anunciaba que había iniciado el largo camino para convertirse en Patrimonio Mundial, al conseguir que se incluyera en la Lista Indicativa y ayer anunciaron que «el procedimiento no va a ser tan dilatado en el tiempo como se esperaba». Según señalaron desde la Diputación de Araba, el pasado jueves se reunió el Grupo de Trabajo I sobre Patrimonio Mundial del Ministerio Cultural. En esta reunión, el representante de Cultura del Lakua propuso ante los Jefes de Servicio de Patrimonio Histórico de todas las comunidades autónomas que el Paisaje Cultural del Valle Salado fuera el elegido de entre los 23 bienes de las Lista Indicativa para postularse ante Unesco para ser declarada Patrimonio Mundial.

«La respuesta del Grupo de Trabajo fue favorable y los técnicos mostraron todo su apoyo a la candidatura», destacaron. La aprobación definitiva se dará este próximo viernes, cuando el Consejo del Patrimonio Histórico Español confirme que el Valle Salado es el seleccionado en la rama de Paisaje Cultural.

El valor del paisaje de sal de Salinas de Añana, único en el mundo, no radica solamente en su insólita arquitectura formada por sucesiones de terrazas escalonadas construidas por el ser humano a lo largo de la historia con piedra, madera o arcilla, sino también en las miles de eras de cristalización de la sal, o en los cientos de canales de agua salada que reparten el líquido por todos los rincones del valle mediante un sistema de reparto de más de 1.200 años de historia documentada.

Pero sobre todo, Unesco valora que «es un paisaje evolutivo y vivo, donde hay un plan de gestión que lleva funcionando más de diez años que está consiguiendo situar al Valle Salado y a su sal en el lugar que le corresponde con el apoyo incondicional de sus patronos colaboradores estratégicos y los grandes chefs de la cocina mundial».