GARA > Idatzia > Kultura

La retirada del apoyo institucional estrangula la producción escénica

La plataforma Arte Bizia, que agrupa a los profesionales vascos del mundo de las artes escénicas, hizo público un manifiesto señalando que el sector de la cultura se encuentra en una muy preocupante situación «debido a los recortes que instituciones públicas locales, autonómicas y estatales están realizado en materia cultural». En el año 2009, la cultura daba trabajo a 27.000 personas en la CAV, esto es, el 2,9% del empleo total de la misma.

p047_f01_149x117.jpg

Alvaro HILARIO | BILBO

Diferentes colectivos de profesionales de las artes escénicas de la CAV agrupados en la plataforma Arte Bizia hicieron público un manifiesto denunciando que los recortes económicos en cultura decididos por las diferentes administraciones, y que en el ámbito municipal oscilan entre el 10 y el 40%, ponen en peligro la supervivencia de las artes escénicas en vivo. Reclamaron diálogo interinstitucional para que, «por encima de los intereses partidistas, se prime el apoyo a la cultura y se garantice un suelo mínimo de financiación al sector». Piden también que las instituciones locales comprometan un mínimo del 0,7 por ciento de sus presupuestos a la programación de espectáculos en directo.

La asociación de Empresas de Producción Escénica Asociadas de Euskadi-ESKENA, la Asociación de Promotores Musicales Vascos-Euskal Promotoreen Elkartea-EUPREL; la Asociación de Profesionales de la Danza del País Vasco-ADDE y el sindicato Euskal Aktoreen Batasuna-EAB, reunidos en la plataforma Arte Bizia, y apoyados por el Colectivo de Músicos de Euskadi, han denunciado, en sendas ruedas de prensa ofrecidas en las tres capitales de la CAV, el peligro en el que se encuentra el sector cultural. Desde el año 2007, la crisis económica generalizada ha provocado la continua reducción del apoyo institucional a la cultura en general y a las artes en vivo, en particular. Estos recortes han tenido reflejo directo en los presupuestos a nivel estatal, autonómico y local. En Bilbo, Amaia Ibañez, coordinadora de Eskena, señaló que «estamos a merced de la buena voluntad de unos políticos que han recortado entre un 10% y un 40% las asignaciones municipales para actividades culturales y que propician programaciones elaboradas desde la merma presupuestaria estrangulando económicamente a quienes presentamos espectáculos en vivo». Añadió que «no hay reacción política ni planes alternativos», lo cual impedirá en el futuro regenerar el tejido cultural que ahora se está destruyendo.

El caso alavés

Califican de especialmente grave la situación de Araba y la capital Gasteiz. Mientras la Diputación ha aplicado recortes desde el 40% a proyectos con más de 28 años de existencia, como el Taller de Artes Escénicas y la campaña «El teatro llega a la escuela», el Ayuntamiento de Gasteiz, por su parte, ha anulado diferentes programas de creación y formación de público que, en palabras de Arte Bizia, «son referentes en este campo tanto en el Estado español como en Europa».

Recordaron que 27.000 personas empleadas en el sector cultura, el 2,9% del empleo total, corren el riesgo de engrosar las listas del desempleo.

CONTRIBUCIÓN

En opinión de Arte Bizia «la actividad cultural tiene un efecto multiplicador en la economía y es capaz de generar muchos más recursos de los que consume». En 2011, recibió el 0,6% del PIB y generó el 2,9%.

«No hay interés político en crear cauces para distribuir los productos culturales»

«Aquí, en Euskal Herria, las instituciones financian o subvencionan obras o montajes determinados pero, más adelante, no hay ningún tipo de ayuda (y no hablo de que éstas deban ser económicas forzosamente) para vender ese producto, para distribuirlo. Así, con una obra nueva después de diez bolos no queda otra que meterla en la maleta y crear otra», nos dijo Itziar Díaz de Durana, trabajadora de las artes escénicas que, en fechas recientes, perdió su empleo. «La cultura no es tomada en serio; no es tomada como un sector productivo ni en lo económico ni en lo cultural. Parece que no les interesa la cultura hecha desde otro lado». En las ruedas de prensa ofrecidas por Arte Bizia se destacó la falta de planificación y coherencia en las programaciones de los ayuntamientos. Se dijo, en concreto, que la respuesta a los recortes y a la crisis es programar «actividades de bajísimo caché» o contratar «solo espectáculos comerciales». Itziar abunda en el tema: «Los programadores, más allá de la profesionalidad de cada cual, manejan unos recursos económicos limitados pero, a fines de año, deben rendir cuentas de lo hecho; el ayuntamiento quiere sacar rentabilidad a eso que ha programado. Por eso recurren a contratar a las grandes compañías con sus elencos de actores televisivos, que son los que llenan las salas. No hay valentía para hacer otra cosa. Pienso que los resultados de un producto cultural no deben ser juzgados por criterios económicos de manera exclusiva». Para ella el origen de estos procederes es obvio: «No hay políticas ni para generar públicos ni para educarlos». Sin embargo, el año pasado, la cultura produjo el 2,9% del PIB del Estado español, frente al 0,66 que se invirtió en él. A. H.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo