Varias veces, en una malísima interpretación, una de esas chicas que se visten de fiesta verbenera en las galas de GH 12+1, y que estaba nominada para abandonar esa casa de colorines, insistía en consolar a la que compartía sofá a la espera de veredicto y que acabó expulsada, diciéndole que sentía mucha «incomodez». Mercedes Milá ya puede colgar otra supuesta función a esta concentración de hormonas en ebullición, no solamente es un supuesto experimento sociológico, sino también una manera de incorporar neologismos al lenguaje popular. Quizás este patinazo de la concursante sea llamativo por el primer plano, la insistencia, el énfasis en que se apoyaba para transmitir un buen rollo con la expulsada, pero se podrá convenir que en todos los idiomas, en todos los canales, en casi todos los géneros y franjas horarias se producen erratas, bofetadas, latiguillos, atropellos sintácticos y demás desastres, por lo que en términos generales la tele ayuda a la «incultez», o al uso de las lenguas con un deterioro que no parece quererse reparar.

Nos viene bien el vocablo, ya que la convocatoria de la centrales sindicales españolas de la huelga general el próximo día veintinueve de marzo, fecha que ya teníamos señalada con el rojo, más rojo de la lucha y la vindicación, está levantando muchas «incomodeces», tanto a los convocantes, como a los partidos y partidillos políticos, de la oposición rebajada y descafeinada, como del gobierno, y sobre todo, a los tertulianos, que en «Al rojo vivo», por ejemplo, les pilló la confirmación en plena emisión, por lo que tuvieron que mojarse en directo. Se mojaron, pero como siempre llevan escafandras, trajes de neopreno, no llegan nunca a calarse.

Empieza la guerra mediática total. Las brigadas de asalto inmediato de la TDT, los canales generalistas tan propensos a las tesis gubernamentales, los periódicos de la derecha empresarial van a lanzar todo su arsenal de mentiras, amenazas, para impedir que se produzca, y yo me atrevería a adelantar desde este momento los titulares de la mayoría de los medios de la Brunete, y hasta del porcentaje de incidencia. Aquí, y allí. Y no siento nada de «incomodez».