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La oposición denuncia la masacre de decenas de mujeres y niños en Homs

La oposición siria mostró ayer las imágenes de al menos 47 mujeres y niños que fueron hallados apuñalados o degollados en uno de los barrios de la ciudad de Homs, una de las masacres de las que acusa a las fuerzas paramilitares del régimen y de las que huyen miles de personas. El Gobierno sirio, en cambio, acusó a «grupos terroristas» de llevar a cabo la matanza para provocar la reacción internacional.

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GARA | DAMASCO

Los cadáveres de 26 niños y 21 mujeres, con las cabezas ensangrentadas, degollados o apuñalados, los rostros mutilados, así como los cuerpos carbonizados, fueron hallados ayer en la ciudad siria de Homs en una muestra del grado de violencia que sufre la ciudad, uno de los principales focos de la rebelión contra el presidente, Bashar al-Assad. Después de meses de asedio y bombardeos, el Ejército sirio logró controlar el barrio de Bab Amro, que ha quedado devastado, y el 70% de la ciudad.

En el barrio de Karm al-Zeitun aparecieron los restos de 47 mujeres y niños «algunos degollados y otros apuñalados por los shabiha, (milicias del régimen de Al-Assad), según relató a AFP Hadi Abdallah miembro de la Comisión General de la revolución siria. «Los niños fueron golpeados en la cabeza con objetos afilados. Una niña fue mutilada y algunas mujeres fueron violadas antes de ser asesinadas», continuó.

Huida masiva

Además reclamó una intervención militar extranjera y que se arme al Ejército Libre Sirio (ELS) para frenar otras matanzas y hacer frente a las tropas regulares. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos advirtió de que cientos de familias huyen por temor a nuevas masacres, sobre todo en Karm al-Zeitun.

Pero el ministro sirio de Información, Adnane Mahmud, imputó a «bandas terroristas» la autoría de la «más atroz de las masacres» con el fin de explotar la sangre siria y provocar reacciones internacionales contra Siria». A la vez, acusó a Arabia Saudí y Qatar de ser cómplices de estos grupos y les hizo responsables del derramamiento de sangre en el país. La agencia Sana citó a testigos que aseguraron a la televisión estatal haber identificado a sus familiares entre los cadáveres, que habían sido secuestrados previamente por «terroristas».

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal grupo opositor en el extranjero, reclamó una intervención militar de los países árabes y de Occidente para proteger a la población civil, así como la creación de corredores humanitarios y una zona de exclusión aérea, acusando a los estados que apoyan al régimen de «ser cómplices de sus crímenes», en referencia a Rusia y China.

El Ejército intensificó la ofensiva sobre la provincia de Idleb, en el noroeste, otro de los bastiones de la revuelta. «La situación humanitaria es indescriptible, los habitantes carecen totalmente de agua y electricidad y se han cortado las comunicaciones» señaló un activista opositor. También se han intensificado los combates entre el Ejército y las fuerzas desertoras. Por otro lado, la Comisión de Investigación para Siria de la ONU denunció ayer que el Gobierno ha sometido a civiles a un «castigo colectivo» y sus fuerzas han cometido ejecuciones y arrestos masivos en Bab Amro.

El presidente de la comisión, Paulo Pinheiro, señaló ante el Consejo de Derechos Humanos que quienes han cometido tales crímenes deben rendir cuentas ante la Justicia, si bien no identificó a nadie en concreto.

Pinheiro, no obstante, subrayó que «una intervención militar externa o (continuar) con la confrontación armada (interna) no ayudará. No vemos otra solución que el diálogo entre las partes». El embajador sirio, Faysal Jabbaz Hamoui, criticó el informe de la comisión, a la que acusó de estar politizada. «La crisis no se debe a manifestantes pacíficos o a demandas de reforma. Se debe a la guerra mediática contra Siria y a las sanciones económicas impuestas al pueblo sirio», denunció. Aseguró que la rebelión «es el preludio del desmembramiento de Siria. Es la voluntad de Israel y de quienes apoyan la empresa de la colonización a largo plazo de los territorios árabes».

Annan y los países occidentales piden un mensaje unitario

«La muerte de civiles debe cesar de inmediato»,afirmó el enviado de la ONU y la Liga Árabe para el conflicto sirio, Kofi Annan, quien, después de entrevistarse con Bashar al-Assad en Damasco viajó ayer Qatar y Turquía. A su llegada a Ankara pidió al mundo que «envíe un mensaje claro de que esta situación es inaceptable». Annan se reunirá con representantes del Consejo Nacional Sirio, principal grupo opositor en el exilio, y cree que su misión «va por buen camino. De hecho, espera una respuesta de Al-Assad a sus propuestas sobre un cese de las hostilidades. Su intención es unir a la oposición para luego «convencer al Gobierno de que se reúna con ellos». Mientras, los países occidentales continuaron presionando a Rusia y China para que abandonen la defensa de Damasco. Durante un debate en la ONU entre los responsables de Exteriores, dedicado en principio a analizar la primavera árabe, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, pidió a Moscú y Beijing que «se unan a nosotros». También el británico William Hague y la estadounidense Hillary Clinton pidieron unidad en el Consejo de Seguridad para reclamar un cambio de régimen en Siria. Pero el representante ruso, Sergei Lavrov, afirmó que Rusia quiere evitar que el Consejo sea manipulado como ocurrió con Libia, y criticó las presiones para precipitar un cambio de régimen, así como las sanciones, calificándolas de «recetas peligrosas». Igualmente, el representante chino, Li Baodong, rechazó cualquier intervención militar o intento de cambio de régimen, y mostró su apoyo al plan de cinco puntos de Rusia y la Liga Árabe. GARA

250 muertos

El ELS aseguró haber matado a 250 miembros de las fuerzas del régimen -agentes de los servicios secretos, de la Policía y miembros de los shabiha-, en la localidad de Rankus, en la periferia de Damasco, según informó a Efe el «número dos» de este grupo, el coronel Malek al-Kurdi.

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