GARA > Idatzia > Mundua

Análisis | Conflicto palestino-israelí

Palestina espera su primavera

Los bombardeos israelíes sobre Gaza han vuelto a sacar al pueblo palestino del ostracismo al que la mayoría de los medios parecen haberle condenado durante la «primavera árabe», silenciando detenciones, huelgas de hambre y acuerdos, para mostrar la imagen más cruda de su realidad.

p020_f01.jpg

Txente REKONDO Gabinete vasco de Análisis Internacional (GAIN)

La última crisis provocada por los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza ha dado lugar a distintas interpretaciones. Unas apuntan a que todo obedece a un plan minuciosamente preparado por Tel Aviv y otras, apoyándose en teorías conspirativas, apuestan por insinuar una supuesta mano oculta del «enemigo número uno», Irán. Lo que es cierto es que nada de lo que pasa en Palestina es fruto de la casualidad y, por regla general, se explica por la suma de varios factores.

La reciente visita de Benjamin Netanyahu a Washington, donde se reunió con Barack Obama y con el poderoso Comité de Asuntos Públicos EEUU-Israel (AIPAC) ha supuesto un relativo fracaso para las expecta- tivas del dirigente israelí y para los sectores más conservadores de su país, al no haber logrado el apoyo solicitado a Estados Unidos para que se sume a un ataque militar contra Irán.

La prioridad absoluta de Obama son las elecciones presidenciales de noviembre, por lo que no ve con buenos ojos una agresión militar abierta contra Irán y apuesta por ganar tiempo. Pero la otra cara de la moneda de esa reticencia es la tajada que los dirigentes israelíes han sabido sacar a sus presiones al conseguir de Washington generosas aportaciones económicas así como tecnología militar y armas necesarias para un hipotético ataque contra Irán, siempre que no se lleve a cabo antes de 2013. Una muestra más de cinismo. Como dice un analista local, «los llamados estados-clientes cogen de sus benefactores todo menos los consejos».

Obama tampoco ha salido bien parado del encuentro y ha recibido duras críticas de su equipo de colaboradores, a las que se han sumado los sectores más reaccionarios de Israel, que parecen haber olvidado su estrecha colaboración con el AIPAC bajo su mandato, utilizando el veto para impedir cualquier resolución de la ONU contra Israel y dotando de más ayuda militar al régimen sionista.

Los bombardeos de estos días sobre Gaza tampoco han seguido el guión que algunos presentan. Lejos de ser una respuesta puntual al lanzamiento de cohetes de grupos palestinos, podría obedecer a un plan diseñado algunos meses atrás. No es casualidad que desde febrero destacados políticos israelíes vengan refiriéndose a la posibilidad de un ataque masivo contra Israel, con el lanzamiento de cohetes desde Gaza, Líbano o Irán, y hayan creado así una opinión pública favorable a cualquier ataque «preventivo» atemorizando a su propia población.

El objetivo del primer ataque de Israel fue el dirigente de los Comités de Resistencia Popular, Zuhair Qasis, que hace semanas había sido advertido por los servicios secretos egipcios de la posibilidad de un ataque israelí en su contra. Tel Aviv sabía que su muerte iba a provocar una respuesta de los propios Comités de Resistencia Popular y de otros organizaciones, como la Jihad Islámica.

Con este ataque, Israel ha buscado enfrentar a Hamas con las otras organizaciones palestinas, obligándole a actuar contra ellas si no quiere que los ataques tengan también como objetivo a sus militantes y alimentando nuevas contradicciones en el seno de este movimiento.

Al mismo tiempo, los militares sionistas deseaban probar la fiabilidad del sistema de baterías de defensa «Cúpula de Hierro», que ha logrado derribar la mayor parte de los cohetes lanzados desde territorio palestino antes de que alcanzaran sus objetivos.

No podía faltar en este escenario el recurso a Irán. Cada vez son más las voces que denuncian que los líderes sionistas utilizan la supuesta amenaza de Irán para ocultar los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad israelí.

Desde el inicio de esta última crisis, el Gobierno israelí ha querido ver la mano de Teherán detrás de los ataques contra su territorio. Para ello, ha intentado aprovechar algunos movimientos de Hamas (el cambio de su sede de Damasco, las supuestas declaraciones de algunos dirigentes -negadas luego- anunciando que no apoyarán a Irán en caso de una agresión militar de Israel...) y el supuesto apoyo histórico de Irán a grupos como la Jihad islámica.

Las supuestas amenazas externas sobre Israel tienen más que ver con las transformaciones en sus países vecinos y con la configuración de una nueva realidad en la región, a lo que se suma el decreciente interés de Estados Unidos por la zona, más interesado ahora por su nueva estrategia en torno al Pacífico y Asia para contrarrestar el auge de China.

Palestina sigue afrontando la dejadez de la mal llamada comunidad internacional, los ataques de Israel y las duras condiciones que esa coyuntura impone para su supervivencia no solo como pueblo sino también como personas individuales. Tampoco Israel está exento de contradicciones y tensiones, con fuertes discrepancias entre los sectores más reaccionarios y algunos posibilistas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo