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OLASO
Pepa y PP
Rajoy y sus periódicos reivindican la primera Constitución española, la Pepa, aquel «papelucho de Cádiz» que Fernando VII no solo se negaba a jurar sino que persiguió con la prisión e incluso el exterminio a sus autores. Ahora la hacen suya para acometer la reforma constitucional y cerrar «de una vez por todas» el modelo territorial, recentralizar el Estado y terminar con el «delirio» de la presión nacionalista. Tramposa paradoja.