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CHAMPIONS LEAGUE

Cinco equipos defenderán cortas ventajas en los partidos de vuelta

J.C.E.

El factor cancha jugó su papel en la ida de octavos de final de la Champions masculina, cuyas normas establecen que los clubes mejor clasificados en la fase previa juegan la vuelta en casa. A los equipos locales no les queda otra que darlo todo en el primer partido en busca de alguna ventaja, y cinco equipos defenderán rentas -eso sí, cortas- en sus devoluciones de visita.

Uno de los cruces disputó sus dos partidos, y las dos victorias del THW Kiel ante el Wisla Plock polaco (24-36 y 27-24) llevan a los alemanes a la siguiente ronda, con 11 goles para cada uno de sus dos cañoneros, Jicha (7 en el primer partido y 4 en el segundo) y Momir Ilic (3 y 8). El Kiel prolongaba así su balance a 43 de los 44 últimos partidos invicto.

Montpellier demostraba al Barcelona por qué todos le temían en el sorteo. El equipo de Karabatic llegó a ir ganando por 8 goles (14-6) y tuvo contra las cuerdas al equipo blaugrana, aunque se rehizo gracias a las paradas de Saric y salvó el tipo. Lo peor para Montpellier fue el altísimo precio que pagó por su triunfo (30-28), con la grave lesión de ligamentos de su goleador Vid Kavticnik.

En Skopje se pudo revivir una parte de la semifinal Serbia-Croacia del último Europeo, con la gran actuación del portero serbio del Metalurg macedonio Stanic, la figura del igualado partido ante el Croatia Zagreb (19-18).

En el duelo alemán el Füchse Berlin consiguió que levantaran la sanción de un partido sobre Christophersen, que con sus 8 goles fue la clave en la victoria ante el Hamburgo -primera derrota en esta edición de Champions-, con dos goles del gasteiztarra Iker Romero (32-30).

Ademar León consiguió tres goles de ventaja ante el Veszprem (31-28), y el Kielce polaco ganó por la mínima al Cimos Koper esloveno (27-26), mientras Atlético de Madrid y Kobenhavn sentenciaron al ganar a domicilio al Kadetten (27-36) y Sävehof (25-34) respectivamente