Ataques rebeldes en Damasco para aliviar la presión sobre sus feudos
El rebelde Ejército Libre Sirio trata por todos los medios -desde atentados en Damasco y Alepo hasta incursiones puntuales, como la de ayer, hasta el centro de la capital, de aliviar la presión militar que sufren desde hace semanas sus principales feudos en provincias. Pese a estas maniobras de distracción, el régimen sigue imponiendo su superioridad militar y se lanzó ayer al asalto de Deir al Zoor, en el este del país.
GARA | DAMASCO
Un importante barrio de Damasco fue escenario de enfrentamientos armados entre el Ejército regular sirio y los rebeldes armados.
Los enfrentamientos, «los más importantes y más cercanos a los centros de seguridad del régimen desde el inicio de la revuelta» en palabras de Rami Abdel Rahmane, presidente del opositor Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH), cesaron al llegar el alba ayer en el barrio de Mazze con la huida de los combatientes del autoproclamado Ejército Libre Sirio (ELS) y dejaron un saldo de cuatro rebeldes y dos soldados muertos y otros 18 heridos.
Situado a un escaso kilómetro del Palacio Presidencial de Bashar al-Assad, este exclusivo barrio de negocios está cerca de la famosa plaza de Los Omeyas, de la sede de la televisión pública, de la Biblioteca Assad, de la sede del Estado Mayor del Ejército y de importantes cuarteles generales de los servicios secretos sirios. «Hemos pasado mucho miedo pero ahora las calles están reabiertas y las tiendas han subido las persianas», se felicitaba entrada la mañana un habitante del barrio, que se extiende desde el oeste al centro de la capital y que alberga los servicios de seguridad del Ejército del aire y una sede de la seguridad militar. Por la tarde, estallaron nuevos combates en los barrios de Qabun y Barze.
Operación de distracción
Murtada Rachid, un militante opositor, afirmó que «estas operaciones en Damasco buscan aligerar la presión sobre las regiones», que registran una ofensiva militar general del régimen. Batallones del Ejército enfrascados en las operaciones en provincias fueron llamados urgentemente a Damasco al comienzo de los duros combates.
En esta misma estrategia se enmarcarían los atentados sangrientos del fin de semana en Damasco y en Alepo, segunda ciudad del país, pese a que oficialmente la revuelta insiste en imputárselos al régimen.
La agencia siria de noticias, Sana, informó de la muerte el domingo de 13 civiles en un ataque de los rebeldes en el pueblo de Hasiba, en la provincia central de Homs. Asimismo, denunció la voladura de un puente del ferrocarril que une la capital de la provincia de Deraa (cuna de la rebelión) con Damasco.
La ofensiva prosigue
Pese a las maniobras de distracción del Ejército Libre Sirio, la Armada regular proseguía su avance y decenas de carros de combate abrieron brecha ayer en la ciudad de Deir al Zoor, en el este del país, para expulsar a los rebeldes armados. Los combates previos al asalto dejaron el domingo un saldo de 25 rebeldes y cinco soldados muertos.
Asaltos similares se registraban en Kafr Chams, en la provincia de Deraa, (sur). El régimen bombardeaba además las localidades de Qalaat al-Madiq (Hama, centro), varios barrios de Homs y, siguiendo en esa provincia, la localidad de Jussieh, cerca de la frontera libanesa. Paralelamente, el régimen se lanzó al asalto de Abdita, de donde es originario el coronel Riad Assad, el máximo jefe del ELS refugiado en Turquía.
Al abrigo del monte fronterizo
En plena ofensiva del régimen, una columna de guerrilleros buscaba refugio en las montañas de esta provincia, justo al lado de la frontera turca.
«Los carros de combate no pueden subir hasta aquí porque temen las emboscadas», señalaba ufano el jefe de la columna, un hijo de notables de Hama llamado Abu Suleiman. «Y estamos tan cerca de la frontera que al-Assad no se atreverá a emplear su aviación. Teme a los turcos», añadía con tranquilidad.
Dos generales del Ejército sirio cruzaron la frontera con Turquía tras desertar junto con un grupo de 200 civiles. Con ellos se eleva a nueve la cifra de generales que han descartado.
Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja pidieron al Gobierno sirio y a los grupos armados que acepten inmediatamente una tregua diaria de dos horas para permitir la ayuda a los heridos y a los civiles que deben ser evacuados.
El régimen ha decidido prolongar una semana más, hasta el 28 de marzo, el plazo para la presentación de candidaturas para las elecciones legislativas del 7 de mayo, que la rebelión y países como EEUU y Arabia Saudí rechazan.
Una misión de observación de la ONU y de la OCI (Organización de la Conferencia Islámica) llegó ayer a Damasco para promover un alto el fuego y evaluar la situación humanitaria.
Otra de las tareas de la misión será preparar una nueva visita del enviado conjunto de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, que ya estuvo en el país los pasados 10 y 11 de marzo para entrevistarse con el presidente Bashar al-Assad.
Los observadores de la ONU y de la OCI han comenzado ya su misión de evaluación, supervisada por las autoridades sirias, en Homs (centro), Hama (centro), Tartús (oeste), Latakia (oeste), Alepo (norte), Deraa (sur) y en Rif Damasco (en los alrededores de la capital) para analizar las necesidades humanitarias.
No es la primera vez que se despliegan observadores sobre el terreno, ya que en diciembre pasado una misión de la Liga Árabe llegó a Siria, pero al final fue suspendida el 28 de enero por iniciativa de los regímenes sátrapas del Golfo. Kofi Annan presentó la semana pasada un informe preliminar ante la ONU. GARA