Desde los Acuerdos de Paz de 1992 de El Salvador, todos los comicios electorales posteriores se han celebrado bajo la sospecha de fraude electoral a favor de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Esta situación ha hecho que el Tribunal Supremo Electoral tomara cartas en el asunto y adoptara una serie de medidas en la metodología del proceso electoral para garantizar un mínimo de transparencia y evitar fraudes en la media de lo posible.

El domingo 11 de marzo se celebraron las elecciones legislativas y municipales en el país. En ellas, de acuerdo con las medidas expuestas por el Tribunal Supremo Electoral, han participado varios ciudadanos vascos de diversas organizaciones como observadores internacionales. En conjunto la labor se repartió entre más de 3.000 observadores en representación de varios organismos e instituciones.

Aún y todo, la sospecha de compra de voluntades y certificaciones se ha cernido sobre los comicios y más concretamente en las zonas rurales más alejadas y a través del voto llamado residencial.

Victoria de ARENA. A falta de la proclamación de los resultados definitivos la victoria se ha decantado por el partido de derechas ARENA, que ha obtenido 33 diputados en el legislativo frente a los 31 del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y los 11 de la Gran Alianza de la Unidad Nacional (GANA).

En el conjunto de los municipios también la victoria ha sido para ARENA que, aparte de obtener la alcaldía más importante, San Salvador, ha obtenido la victoria en al menos 4 ciudades importantes de esta área metropolitana, hasta ahora en manos del FMLN. La abstención ha superado en algunos casos el 60% del censo.

Pérdida de votos del FMLN. La disminución de apoyo obtenido por el FMLN puede deberse a varios motivos. Por un lado, las expectativas que creó en la población el triunfo en las presidenciales, que creyó que los grandes males que azotan al país -la economía, la delincuencia y el desempleo- iban a mejorar, cuestiones que lejos de ello, en algunos casos han empeorado.

Por otro lado la abstención del electorado del FMLN puede provenir de las acciones por parte del partido para favorecer a las clases más pobres del país, como en el caso del subsidio del gas, que no ha favorecido a la clase media y ha creado desencanto en la clase media, que tradicionalmente votaba al Frente.

De la misma manera, la actitud de Mauricio Funes, presidente del país, que en algunas ocasiones ha actuado con autoritarismo y prepotencia, e incluso ha llegado a vetar algunas leyes, ha sido otra de las razones por las que el electorado de izquierdas ha decidido quedarse en casa.

También, la decisión de la Dirección del FMLN de imponer candidatos ha generado malestar entre la militancia y el electorado -como ha sido el caso del municipio de Apopa- o las críticas al «apoltronamiento» de ciertos regidores municipales.

En el conjunto del país el FMLN más allá de la pérdida de unas cuantas alcaldías, aunque importantes, el Frente ha recuperado otras, como es el caso del pequeño municipio de Cinquera, ícono del FMLN, por la importancia histórica durante el conflicto armado. Pese a todo, no puede decirse que haya sido una gran derrota para el FMLN. ARENA, por su parte, también ha perdido algún bastión que desde hace 20 años gobernaba.

GANA, la llave. Los resultados obtenidos por GANA -escisión de ARENA-, que con 11 diputados se convierte en la tercera fuerza, va ha resultar decisiva para poder llevar adelante cualquier cambio legislativo.

Al no obtener ninguno de los dos partidos al frente una mayoría cualificada, GANA se ha convertido en una pieza decisiva.

Es el momento de las estrategias y de los pactos o alianzas. De igual manera, el FMLN está obligado a hacer que Mauricio Funes rectifique en su actitud y en algunas de las decisiones tomadas, ya que parece que el Frente, por sí solo, de momento, no es una alternativa a los partidos de derecha.