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Los habitantes de Le Bukowski ocuparán Gazteszena por una noche

Treinta años de carrera, pero el bar Le Bukowski no envejece. Por eso, esta mítica sala de conciertos de Donostia ha organizado un «fiestón» para el próximo 4 de abril con la intención de homenajear a los habitantes de sus noches y a todas esas bandas que han debutado en su escenario. Seis grupos y dos DJs en una fiesta que promete alargarse hasta el amanecer.
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Maddalen LARRINAGA | DONOSTIA

Un homenaje, un «exilio voluntario» es el festival Ze Premikin que ha organizado el bar donostiarra Le Bukowski. «Queremos que sea una muestra a lo grande de los que se respira cada noche en Le Bukowski desde hace tres décadas», explicaron ayer los propietarios de este bar, que popularmente pierde el «toque francés» y es más conocido como «el Bukowski». El próximo 4 de abril, a partir de las 21.00 h. y a un precio de 8 euros, los que se acerquen a la sala Gazteszena de Egia podrán escuchar a Sex Museum (grupo referente de la escena del rock and roll estatal), Lüger (rock and roll sicodélico), Cápsula (rock and roll en estado puro), Nuevo Catecismo Católico (míticos de la escena punk-rockera), Surfin Kaos (mezcla del rock, pop y el surf siempre en euskara), Jupiter Jon (una banda con futuro), y a los DJs Budin y Makala. Una mezcla de grupos de renombre a nivel estatal y «los de casa».

Más que un bar es una sala polivalente, según explica Josu Urbieta, uno de los dueños del bar. «Nos da lo mismo si Xabier Silbeira presenta su último libro, como si se escenifica un teatro, o si unos heavys de Añorga tocan en directo. Eso no puede desaparecer, porque eso es precisamente Bukowski». Un lugar donde la cultura y los grupos noveles tienen su espacio.

Dado su status de pub, Bukowski organiza los conciertos de 20.00 a 22.00, nunca olvidan que están situados en mitad del barrio de Egia y, para no molestar a los vecinos, nunca sobrepasan el horario. Además, su programa de conciertos se limita a los meses de entre octubre y mayo, pero ofrecen directos todos los días de la semana, tanto de grupos como de DJs.

Así, este «fiestón» será la culminación de su programación. Este «exilio» a Gazteszena es «un capricho», pero con voluntad de seguir con más ediciones. «Salimos del cascarón del Bukowski. La intención es trasladar una noche del bar a un formato más grande», comenta Urbieta.

Treinta años de carrera

Le Bukowski nació en 1988 con cincuenta metros cuadrados de espacio. Un bar de barrio donde la cultura y la música tenían un especial peso. El bar le dio un toque underground al barrio con música que se salía de los circuitos comerciales establecidos. Y así ha seguido con los años. «No somos una sala atada a las promotoras. Nuestra tendencia natural es ofrecer un escenario a los grupos de casa», añade Urbieta. Pero una cosa no quita la otra; al mismo tiempo que programan a grupos noveles, también tienen espacio los conciertos de pago. «Queremos mimar las dos caras: la del bar de barrio donde debutan los de casa, y la de la sala que programa conciertos más grandes».

Entre 2005 y 2007, Bukowski sufrió un parón. Estuvo cerrado por obras. Hasta esa fecha, Urbieta y compañía alquilaban el local -todo el bloque pertenecía a una sola familia-, pero al morir el dueño tuvieron que pelear con una constructora y consiguieron finalmente comprarlo. Entonces comenzaron las obras de adecuación, la insonorización, la instalación de baños aptos para minusválidos...

En treinta años muchos de los grupos consolidados hoy en día han debutado entre sus paredes. Nuevo Catecismo Católico -que no se podían perder el Ze Premikin-, Señor No, Surfin Kaos... «Muchos grupos del panorama punk-rockero han tocado aquí. Principalmente Mogambo y nosotros hemos sido sus casas. Sidonie, grupo muy conocido a nivel estatal y originario de Barcelona, tocó su primer concierto aquí fuera de su ciudad, por 30.000 pelas y durmiendo en sofás. Eso se les queda grabado y cuando pasan años y evolucionan hacia salas más grandes, siguen volviendo porque llevan el Bukowski en el corazón».

Muchos grupos han pasado por su escenario y muchas son las anécdotas que guardan las paredes del bar, muchas de ellas poco «políticamente correctas». Sin ir más lejos, Urbieta cuenta que hace un año y algo más, tocó un grupo británico, Surfin Lungs. «En medio del concierto, hacía un calor infernal en el bar y la etapa de potencia del equipo de voces se apagó porque lleva un dispositivo que hace que, cuando se calienta en exceso, en vez de quemarse se apaga automáticamente. Cuando se apagó, salí corriendo hacia el técnico de sonido y el mánager y les dije que el grupo tenía que tocar una canción instrumental de cuatro o cinco minutos. Cogí la etapa, la envolví en plástico y la metí en el congelador cinco minutos para que se enfriara. Después volví con la etapa, le metí los cables y funcionaba. Después tuve que explicarles al técnico y al mánager lo que había pasado. Nos reímos bastante».

Ze Premikin será una ocasión de vivir el Bukowski en «una carpa de circo mayor», donde la importancia la tiene el concierto-fiesta. Las entradas se podrán adquirir mediante Kutxa o en la taquilla del Gazteszena el mismo día, siempre a 8 euros.

RECUERDOS

Miles de anécdotas, muchas de ellas «políticamente no correctas» se guardan entre las paredes de la sala de conciertos Le Buskowski de Donostia. Etapas de potencia que se deben congelar o esperas largas que casi suspenden un concierto. Treinta años dan para mucho.

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