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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Otra de insuficiencias

El petardo que hizo explosión el pasado lunes en una oficina de Lanbide en Agurain servía ayer a la derechona para hablar de su tema más recurrente en sus términos preferidos.

«Abc» informaba de la comparecencia de Rodolfo Ares tras «el atentado perpetrado de madrugada contra una oficina de empleo del Gobierno autonómico, en la localidad alavesa de Salvatierra», y continuaba diciendo, no se sabe si con ánimo de ridiculizar o de exaltar, que «los `borrokalaris' usaron un artefacto pirotécnico que causó daños materiales». Posteriormente, no solo informaba de la reacción de la izquierda abertzale, sino que dejaba claro que le parece insuficiente, lo cual a las lectoras y lectores no les extrañará: «Horas después, y forzada por los emplazamientos de Ares y los partidos, la `izquierda abertzale' se limitó a señalar que ataques como este `son incompatibles' con su estrategia porque `obstaculizan la acumulación de fuerzas' y `están fuera de lugar'». Así que la izquierda abertzale ya sabe lo que tiene que hacer, encargarle a «Abc» la redacción de sus notas de prensa. Y es que, por si alguien no se había dado cuenta, terminaba el de Vocento: «No condenó la acción». Ya, ni pidió que fusilen a los «borrokalaris», aunque incluso en ese caso probablemente le habría parecido insuficiente.

Su diario hermano «El Correo», en cambio, titulaba «La izquierda abertzale cree fuera de lugar el ataque de kale borroka contra Lanbide», e informaba de los hechos y de las reacciones, incluida la de la izquierda abertzale. El análisis corría a cargo de Florencio Domínguez, quien decía que «Al margen de las tareas de investigación policial que tendrán que hacerse en este caso,corresponde a los dirigentes de la antigua Batasuna persuadir a esos núcleos que forman parte de su propia base política para que de manera definitiva renuncien a la violencia». Imaginemos que quienes pusieron el petardo pertenecen a «esos núcleos que forman parte la base política de Batasuna». Si servidora fuera dirigente de la organización abertzale, le pediría a Domínguez que les persuada él. Solo le faltaba encomendarle esa labor a Arnaldo Otegi.

«Libertad Digital», por su parte, se mostraba más suelto: «Los acólitos de ETA han vuelto a perpetrar un nuevo acto de terrorismo callejero en las calles del País Vasco». Y terminaban: «Batasuna volvió a perder una ocasión de oro para separarse de ETA y sus cachorros». Pues nada, que den instrucciones a la autoridad competente, que es lo suyo.

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