Privolva”, inspirada para su fundamentación idearia en la película “Alphaville” de Jean Luc Godard, es en su juego audiovisual, las palabras proyectadas, las letras saltarinas, hurtadas, viudas, con vocales solitarias, la voz que acompaña, reitera y abre ventanas imaginarias, la fuerza narrativa de la propuesta. O su contexto. Ya que en paralelo viven tres cuerpos en movimiento, siguiendo coreografías que intentan mostrar una mecanización, unos rasgos futuristas que se pierden en su plasmación estética, que a veces se motivan en el texto contado o escrito, en el que se nos muestran esas palabras perdidas, que sirven para marcar unas rutas espaciales imaginarias que siempre confluyen en un choque, en un encuentro, en un discurso cromático.

Las palabras perdidas ayudan a que se pierdan también gesticulaciones, gestos, gestualidades, planteamientos coreográficos que acotan y estiran el espacio, todo él blanco, con una iluminación que ayuda a que esa blancura sea nuclear, extraordinaria, cegadora, pero que recoge, acota, distribuye intenciones, energías, con el uso de las proyecciones y de las músicas seriadas.

Trabajo de apuntes. Incipientes detalles. Huellas de una búsqueda que se nos aparece como embrionaria, que circunvala el asunto central, que encuentra en la conjunción del trío de creadores y bailarines su cualificación.