Iñaki Azkuna, alcalde bilbaino, dijo ayer una obviedad: «Si el Athletic no gana la Copa, no hay gabarra». Por si alguien lo dudaba. Pero yo aprovecharía para añadirle otra obviedad más: Si el Athletic no gana la Copa, no habrá recibimiento. La concesión a la afición que la directiva de García Macua hizo en 2009 tras perder en Mestalla, aun con el disimulado rechazo de los propios futbolistas, seguramente tuvo sus argumentos a favor y en contra. No se ganó nada material, es cierto, pero fue un merecido premio al enorme sentimiento Athletic a pie de calle, sobre todo ese que no sabe lo que es ganar un título. Esta vez, repetir aquello sería como para excomulgar a la junta de Josu Urrutia. Sobre todo porque uno no se imagina a Marcelo Bielsa y a estos jugadores, con su filosofía y mentalidad ganadora, celebrando una derrota, un fracaso que diría con todas las letras el Loco.