Crónica | Congreso Internacional de Emaús
La plaza de la Libertad de Baiona: símbolo de resistencia y lucha
Los representantes de Emaús Internacional se dieron cita ayer en la plaza de la Libertad de Baiona para celebrar el acto simbólico de su congreso cuatrianual que celebran estos días en Lapurdi. Entre aplausos y gritos de las quinientas personas reunidas en la plaza, los representantes de la organización llamaron a la resistencia y la solidaridad.
Ainize BUTRON
El nombre «Libertad» de la plaza situada frente al ayuntamiento de Baiona recuperó todo su simbolismo ayer, gracias a los gritos de resistencia, solidaridad y libertad que lanzaron los miembros de Emaús.
Venidos desde todos los confines para asistir al congreso de Emaús Internacional, fueron muchos los testimonios de distintas partes del mundo que se pudieron escuchar, entre cantos y música, en esta plaza cuyo nombre muchos baionarras tienen olvidado. Unas quinientas personas, ataviadas con un pañuelo rojo, fueron acogidas hacia las cinco y media de la tarde por las palabras del fundador de Emaús, el abad Pierre.
La primera imagen que aparecía a quien se acercaba al lugar era la del abad, a la que le acompañaban las frases: «Juntos, continuemos...» o «Pondrán poner alambres y guardas en las fronteras, pero no impedirán que la gente pase. La presión de la vida gana siempre».
Con esas palabras, sobre un escenario, representantes internacionales de la organización solidaria fueron exponiendo las dificultades a las que se enfrentan ciudadanos y ciudadanas de sus respectivos países.
Pobreza, desnutrición, rechazo, explotación, ningún acceso a la salud o desigualdad fueron algunos de los términos que se repitieron. Pero se sumaron a ellos palabras más reivindicativas como la de «resistir» y «luchar» contra las desigualdades.
Alternativas al caos
Moon Sharna, la responsable de la asociación India Tara Project, prosiguió con esas criticas hacia el sistema consumista de los países desarrollados. «Mundo solo hay uno y nos pertenece a todos. Pero esta dividido en dos, por un lado los ricos y por otro los pobres», señaló. Junto a ello, hizo un llamamiento a luchar a favor los derechos de todas las personas y crear alternativas al sistema actual: «Los problemas son inmensos, pero alguien tiene que elevar la voz y crear esperanza».
Durante el acto, que duró unas dos horas, se fueron sucediendo discursos y conciertos. Erramun Martikorena abrió la movilización interpretando dos canciones: la primera, en contra de la injusticia y la segunda, la popular «Goizean argia hastean». La cantante brasileña Monica Passos interpretó una canción de Violeta Parra, mientras que el rapero baionarra Brass denuncio en su texto las desigualdades sociales.
La realidad de Euskal Herria fue evocada por Gabi Muesca en su texto «La paz aquí y en otro lugar»: «Aquí un nuevo viento de esperanza se ha levantado, lo que nos permite ver un futuro con dignidad para todos. Las alternativas al caos se han organizado».
Muesca subrayó que el tiempo de la «ofensiva social y universal ha llegado» y, con otros seis miembros de Emaús, leyó los principios de la resolución aprobada por los miembros de la organización en el congreso de 2008. que se celebró en Sarajevo.
La libertad de tránsito, de vivir dignamente, resistir contra la pobreza y la exclusión fueron los grandes principios que lanzaron los múltiples portavoces de la asociación.
Euskal Herria fue evocada de manera más concreta por otros participantes. Una educadora del centro de acogida de Angelu Atherbea denunció la exclusión de los sin techo y aplaudió el trabajo solidario de muchos voluntarios que trabajan en La Table du Soir o en Point accueil Jour en Baiona. Grazi Etxebehere, enfermera desde hace cuarenta años en Nafarroa Beherea, recordó el problema que supone la falta de médicos en las zonas rurales y denunció las desigualdades entre los territorios ante el derecho a la salud.
El acto concluyó con un concierto de los cantautores Bernard Lubat y Beñat Achiary, y el coro Haize Hegoa de Baiona.