Banca Cívica renuncia a un piso en Barcelona para no pagar a su dueña
Banca Cívica decidió ayer no acudir a la tercera subasta del piso de Mercedes Castro, una cliente suya de Barcelona que hace meses que no puede abonar las cuotas de la hipoteca. Castro ha intentado en tres ocasiones que el banco aceptara la dación en pago, pero no ha tenido éxito. Hasta febrero pasado, Banca Cívica podría haberse quedado con el piso por un euro. Sin embargo, un cambio en la norma le obligaba a pagar 56.000 euros a Castro para quedare con la casa.
Beñat ZALDUA |
Banca Cívica, entidad que engloba a la Caja de Ahorros de Navarra, renunció ayer a la subasta notarial de la vivienda de Mercedes Castro, que hace un año que no puede pagar las cuotas de la hipoteca de su piso, situado en Barcelona. La entidad financiera rehusó recuperar su piso porque el precio que debía pagar por él -el 60% del precio de tasación- era mayor al de la deuda acumulada por Castro, a la que debería pagar 56.000 euros para expropiarle.
Utilizando un mecanismo vigente hasta hace pocas semanas, Banca Cívica recurrió en 2010 a la vía notarial para recuperar el piso, ya que de esta forma, el banco podía quedarse la vivienda por un solo euro en la tercera subasta. Este mecanismo ha sido utilizado por la mayoría de bancos hasta que el pasado mes de febrero, y tras la constante denuncia de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los notarios acordaron no subastar las viviendas por un precio inferior al 60% del precio de tasación. Hace dos semanas, el decreto del ministro de Economía, Luis de Guindos, dio a este acuerdo el rango de ley.
En el caso de Castro, el precio de tasación de su vivienda fue de 477.000 euros, por lo que la cantidad que el banco debería pagar para quedarse el piso es de 286.000. Sin embargo, la deuda de Castro con la entidad financiera es de 230.000 euros. La conclusión la da la matemática: para quedarse con la casa, Banca Cívica debería pagar a Castro la diferencia entre el 60% del precio de tasación y la deuda, es decir, 56.000 euros.
Así las cosas, ayer se celebró la tercera subasta en una notaría del centro de Barcelona, donde Castro esperó inútilmente a que se personase el representante del banco, mientras en la calle, decenas de activistas de la PAH se concentraban en su apoyo. Ante la renuncia de Banca Cívica, la protesta se trasladó a las oficinas centrales de la entidad en Barcelona, situadas en la avenida Diagonal, donde se volvieron a desentender del caso, señalando que la de los abogados es la única vía de comunicación.
Desde Banca Cívica informaron durante la semana de que habían ofrecido a la afectada la dación en pago, algo que para la PAH no hace más que mostrar el doble rasero de la banca, que sólo se aviene a la dación en pago cuando no le salen las cuentas. Castro explica que, antes de que se aplicase el mínimo del 60% en las subastas, ella había pedido la dación en pago en tres ocasiones sin éxito.
Desde la PAH denuncian también la perversidad de la estrategia de la entidad, asegurando que simplemente tratan ganar tiempo para que los intereses de la deuda de Castro sigan aumentando hasta el momento en el que se puedan quedar con el piso sin tener que abonarle ni un solo euro, esta vez por la vía judicial.
De momento, van ganando la partida, ya que en tan solo un año, dichos intereses se han disparado hasta los 20.000 euros.
Desde febrero, quien quiera acudir a la subasta de una vivienda debe pagar por ella el 60% de su tasación. Si Banca Cívica hubiera adquirido la propiedad tendría que haber abonado 56.000 euros a su cliente.
En este caso, el tiempo corre en favor del banco. Si la afectada no paga, los intereses seguirán subiendo hasta que Banca Cívica tenga una nueva oportunidad de hacerse con el inmueble sin tener que pagar nada a su actual propietario.