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tiroteos mortales en montauban y toulouse

La campaña electoral toma impulso centrada en el debate de la seguridad

La campaña de las presidenciales francesas ha tomado un nuevo impulso marcada por las tragedias de Toulouse. A un mes de la votación, los candidatos centran ahora sus discursos en la unidad y la seguridad y tanto el actual presidente, Nicolas Sarkozy, como el candidato mejor situado, François Hollande, se disputan el papel de mejor protector y de aglutinador de la ciudadanía. A la vez, aumentan las críticas por la falta de prevención de los ataques.

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GARA | PARÍS

Tratando de sacar rentabilidad del drama de Toulouse, defendiéndose de las acusaciones e insistiendo en los temas de seguridad y unidad, los candidatos Nicolas Sarkozy y François Hollande han retomado los actos electorales. En Valenciennes, Sarkozy afirmó que su primera decisión si resulta reelegido será adoptar las medidas penales que anunció la víspera dirigidas a perseguir «las ideologías que conducen al terrorismo». El candidato-presidente siempre se ha desenvuelto como pez en el agua en el discurso de la seguridad. Ahora espera que le permita recuperar votos.

A su vez, el candidato del PS se esfuerza por demostrar que no es menos en materia de seguridad, materia en la que la UMP le acusa de ser demasiado blando. Aunque diga que prefiere hablar del empleo, en un mitin en Aurillac afirmó que «la seguridad forma parte de nuestros compromisos. Que nadie diga que la izquierda tendría algún tipo de indulgencia o la derecha algún tipo de competencia».

En los últimos días ambos partidos se han venido acusando de instrumentalizar este tema. El PS alude a los fallos en la vigilancia sobre Mohamed Merah, supuesto autor de los tiroteos de Montauban y Toulouse, mientras la derecha acusa a Hollande de «no haber respetado el tiempo de duelo».

Con la tragedia como telón de fondo, ambos líderes pugnan por la imagen de unificador. Sarkozy ha dejado de lado los guiños a la extrema derecha -como hablar del halal o del exceso de extranjeros- y, con el traje de «garante de la unidad de la nación», ha pedido a los franceses que «no mezclen» el islam con la violencia y «no caigan en la cólera». Hollande, por su lado -sorprendido por el ascenso del candidato de izquierdas Jean-Luc Mélenchon, al que las encuestas otorgan una tercera posición con el 14% del voto- ha prometido «reconciliar a los franceses que han sufrido durante demasiados años demasiadas divisiones». La tragedia parece haber aumentado las opciones de Sarkozy, pero los sondeos siguen dando como ganador al candidato del PS en una segunda vuelta.

Por otro lado, el Gobierno y la Policía se siguen defendiendo de las críticas sobre la prevención de los atentados. El jefe de los servicios de información Interior, Beranrd Squarcini, afirmó que era «imposible» actuar más rápido para detenerlo e impedir el tercer ataque, el de la escuela judía de Toulouse. A pesar que Merah era conocido por los servicios de información y se sabía de sus viajes a Pakistán y Afganistán, Squarcini afirmó que responde «más al perfil de un fanático» que se «autoradicalizó solo» sin pertenecer a ninguna red.

Merah figuraba en la «lista negra» de EEUU que prohíbe volar a este país y en la de personas cuyo desplazamiento vigilan las autoridades francesas, pero «no se desplazó», se defiende el primer ministro, François Fillon.

Las críticas se han dirigido también a la operación de asalto a su casa después de más de 30 horas de asedio por la urgencia repentina del asalto y la falta de un esquema táctico preciso. El jefe de la unidad policial que la llevó a cabo, Amaury de Hauteclocque, afirmó que «no fue ni un fracaso ni un éxito, creo que hicimos nuestro trabajo de la manera más concienzuda y más valiente, a riesgo de nuestra propia vida».

Por otro lado, la Policía evacuó ayer una plaza de Toulouse, debido a un paquete sospechoso que resultó no ser peligroso.

Prorrogada la detención de los familiares de Mareh

La Policía francesa intenta aclarar si Mohamed Mareh, que, según las autoridades, decía ser miembro de Al-Qaeda, estaba solo o formaba parte de un grupo, y ayer prorrogó la detención de su madre, su hermano y la novia de este.

Abdelkader Merah, su hermano mayor, declaró a los agentes que le investigan por posible complicidad con el fallecido que se siente «muy orgulloso» de su hermano, según el diario francés «Le Point». Fuentes policiales aseguran que no lamenta nada de lo que ha hecho su hermano y que aprueba sus acciones.

Abdelkader Merah ha permanecido detenido desde la madrugada del miércoles, tras iniciarse el despliegue de los agentes de la unidad de élite policial RAID para detener a su hermano, que finalmente fue abatido el jueves por la mañana por dos disparos mortales, uno en la cabeza y otro en el abdomen, aunque recibió una veintena más. Pese a sus declaraciones, ha negado tajantemente que conociera a priori los planes de Mohamed.

La Subdivisión Antiterrorista de la Policía y la Policía Judicial gala están intentando esclarecer si Abdelkader Merah, de 27 años y que profesa un salafismo muy radical, pudo manipular a su hermano Mohamed. Los investigadores, según «Le Point», trabajan con la hipótesis de que hubiera jugado un papel de «cerebro» en los tiroteos perpetrados por su hermano, aunque no tienen pruebas que lo demuestren. Dan un papel fundamental en la investigación a la pólvora encontrada en su vehículo y que está siendo analizada. GARA

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