El próximo tres de mayo -un día antes en primera convocatoria, que queda prácticamente descartada-, los accionistas del Eibar están citados para elegir al nuevo Consejo de Administración. Que en realidad puede ser el mismo que ha regido el club azulgrana durante los últimos cinco años.

Pero ha de cumplirse la ley, con lo que el Consejo, como tal, debe cesar este año. Tiene de plazo hasta julio, pero ha decidido adelantar la fecha «porque para julio todas las decisiones importantes deben estar tomadas. Si entra un nuevo equipo queremos que tenga margen de maniobra», explicaba Alex Aranzabal, que también adelantó su intención y la de buena parte de su directiva de presentarse a la reelección. Salvo sorpresa, volverá a comandar la nave azulgrana durante el próximo lustro.

La crisis

Y es que no es fácil encontrar personas dispuestas a dirigir un club de Segunda B por amor al arte. Menos aún cuando la tesitura es tan complicada como la actual. En este sentido, Aranzabal dejó claro que el futuro del Eibar, en caso de que no consiga el ascenso, «no es fácil. Esta temporada tenemos presupuestados 1'9 millones de gastos y 1'1 de ingresos gracias al remanante que quedó tras el descenso y que hemos conseguido prolongar una temporada más. Pero si no se asciende hay que hacer un replanteamiento importante de lo que es el club, con un modelo sostenible». Es decir, que «los gastos no sean superiores a los ingresos. Estamos funcionando con los ingresos que teníamos en Segunda A, pero cuandos e acabe ese remanente tendremos que hacerlo con los actuales. Y con lo que aportan socios, sponsors, etcétera, ahora mismo alcanzan alrededor del 50%».

El presupuesto, en consecuencia, caería aproximadamente al millón de euros. «Una cifra que tampoco nos dejaría entre los presupuestos más bajos. El del Mirandés, sin ir más lejos, ronda esta temporada el millón de euros. Además, hay que tener en cuenta que la crisis no afecta solo al Eibar, los demás equipos también se van a tener que apretar el cinturón».

Aranzabal, además, quiso subrayar que «la situación es más difícil, pero no imposible. Si nos presentamos, es precisamente porque tenemos ilusión».