Tafalla amaneció ayer conmocionada después de que se confirmara el fallecimiento de Marcos Aulló, el niño de tres años que fue ingresado el lunes después de quedar atrapado en los barrotes que delimitan el recinto de la escuela infantil. Fue encontrado inconsciente por el personal del centro y trasladado a Urgencias a Iruñea, donde falleció en la madrugada.

Según explicó el consejero de Educación del Gobierno navarro, José Iribas, la existencia de un «elemento extraño» podría haber permitido al niño alcanzar los barrotes pese a los obstáculos de seguridad existentes y quedar atascado. Sin embargo, Iribas puntualizó que la Policía Foral está investigando el caso, por lo que esta no es una versión oficial, sino una mera hipótesis inicial de lo que pudo haber sucedido.

La escuela infantil de Tafalla continuó ayer con su labor, aunque los padres y abuelos que llevaron a los niños mostraban su consternación a los medios de comunicación congregados en la puerta del centro. Una madre aseguró que las profesoras del centro estaban destrozadas por lo sucedido.

La consejera de Salud, Marta Vera, anunció que se va a enviar un equipo de equipo sicológico a Tafalla para que preste ayuda a las personas cercanas al niño fallecido y los otros alumnos de la escuela infantil.

Todos los grupos municipales de Tafalla (UPN, Bildu, PSN e IT) suscribieron ayer un documento en el que muestran su apoyo a la familia del niño fallecido y a las trabajadoras de la escuela infantil, al tiempo que piden el máximo respeto ante la investigación que se ha abierto en torno a las causas de la muerte.

En este sentido, ayer se plantearon dudas sobre la idoneidad de la estructura de barrotes instalada en la escuela infantil de Tafalla. Iribas señaló que no existe constancia de que desde el centro, de titularidad municipal, se hubieran planteado quejas al respecto. Pese a ello, recordó que hace años se modifi- caron las porterías de futbito tras un accidente mortal, por lo que no descartó que se tomen medidas.

Por otra parte, desde distintos sectores se ha denunciado repetidamente que el profesorado de las escuelas infantiles tiene que atender cada vez más alumnos con menos personal.