La sala 103B del Guggenheim acogerá, del próximo 27 al 22 de abril, el primer proyecto seleccionado en el concurso, patrocinado por la BBK, «Muro Guggenheim Bilbo». La obra es una instalación inspirada por el movimiento Wandervögel del cual toma su nombre.

La instalación se compone de tres elementos: una postal del citado movimiento, fechada en 1913; un texto informativo, y la imagen de la postal transformada en un mural de cinco metros realizado en blanco y negro: un excursionista, sombrero en mano, frente a un paisaje.

Wandervögel fue un movimiento juvenil nacido a fines del siglo XIX en Alemania. Eduardo Hurtado (Valladolid, 1986), autor de la obra, expuesta al público desde ayer, explicó como el movimiento fue una reacción romántica al liberalismo capitalista de la época que hizo del caminar, del conocer Alemania mediante excursiones su forma de funcionar y organizarse. Pretendían que sus acciones fuesen «improductivas» para, de ese modo, convertirse en críticas al capitalismo. Similar a los scouts, se desarrolló hasta el período de entreguerras, dando a luz a numerosos grupos de muy diferente cariz, incluyendo, por ejemplo, grupos de excursionistas judíos. Su carácter nacionalista, sus camisas militares y el sentido autoritario de gran parte de este movimiento lo convirtieron, sin embargo, en un precedente del nazismo, en el que militaron algunos de sus miembros.

Un fuerte contraste con grupos naturistas vascos (como los guiados por el médico de Maeztu Isaac Puente ) de la época que también buscaron en la naturaleza modos de transformar la sociedad.

Junto a Eduardo Hurtado, el 12 de marzo, resultaron elegidos Alvaro Gil, Zuhar Iruretagoiena, Alain Urrutia y Cristian Villavicencio-Irantzu Sanzo. El objetivo del concurso es «integrar a la comunidad artística más joven de Euskal Herria en la celebración» del quince aniversario de esta franquicia museística estadounidense.