Las Juntas Generales de Gipuzkoa acogieron ayer la tercera ponencia sobre la reforma que la Diputación plantea introducir en el Impuesto de Sociedades. Nekane Jurado, economista de larga trayectoria, fue la invitada durante la jornada de ayer. Jurado presentó un análisis general de la estructura del Impuesto de Sociedades en Gipuzkoa y planteó las reformas que a su parecer son necesarias para avanzar hacia un tributo más progresivo y equitativo.

Jurado indicó que se trata de algo más que un cambio coyuntural, que se trata de una «reforma estructural». En este sentido planteó en primer lugar la necesidad de «un sistema integrado donde ningún impuesto sea neutral, sino que forme parte de un todo».

Por otro lado, subrayó la necesidad de erradicar el fraude fiscal analizando la Norma Foral y detectando los elementos que permiten «sacar tajada». Asimismo, llamó a reflexionar y analizar si las líneas de las políticas economicas del pasado han cumplido los objetivos marcados y a buscar nuevos caminos que se adapten a la realidad actual.

Así las cosas, uno de elementos clave en la reforma del Impuesto de Sociedades, es según Jurado que la fiscalidad debe mantener neutralidad ante las fuentes de la renta y se pregunta por qué cien euros generados por el sistema financiero pagan menos que cien generados en la industria. En este sentido recalcó: «No debe haber bases imponibles especiales».

Siguiendo el hilo de la neutralidad, Jurado propuso que la reforma impida hacer distinciones entre las formas jurídicas de las empresas. Es decir, plantea un mismo tipo de tributo para cualquier forma jurídica de empresa. Como ejemplo, citó el caso de las cooperativas: «¿Por qué una forma jurídica de cooperativa, que posiblemente es la mayor empresa multinacional de Gipuzkoa, paga el tipo medio efectivo del 4,1% cuando un pensionista cada vez que paga el pan paga el 8%?», cuestionó. La economista hizo hincapié en la necesidad de aplicar un mismo tributo para todos los tipos de empresa de cara a lograr un sistema fiscal más equitativo.

Progresividad impositiva

Jurado quiso recordar que el Impuesto de Sociedades, al ser un impuesto directo, debe tener niveles de progresividad. En este sentido, puso sobre la mesa tres tipos de gravamen: reducido, medio y normal. El tipo reducido sería del 20% para las empresas que tengan menos de 6.000 euros de base imponible. En estos momentos más del 70% de las empresas de Gipuzkoa estarían en esta base.

El tipo de 26% se aplicaría a empresas con base desde 6.000 hasta 300.000 euros. Y para las empresas que superen este último tramo se les aplicaría el tipo del 34%.

No obstante, Jurado opinó que «no basta con poner tipos». «El problema no es el tipo nominal, el problema es el tipo efectivo real», indicó. Explicó que la diferencia entre el tipo nominal y el efectivo real en la UE es del 4,1% cuando por ejemplo en Gipuzkoa en el impuesto de cooperativas el nominal es del 20% y el efectivo del 4,1%, lo que se traduce en 16 puntos de diferencia.

Por ello, propuso que la norma debería coger una limitación global para que la diferencia entre el tipo nominal y el tipo efectivo real bajase de 5%. Algo que calificó de «generoso» teniendo en cuenta que la media europea se situa en el 4,1%.

Otro aspecto que quiso destacar Jurado, y que es uno de los que más ha dado que hablar desde que comenzaran las ponencias, es el de las deducciones. Declaró que en ese ámbito, la Norma Foral «es muy compleja» y añadió que «abre un camino donde la elusión fiscal tiene un caldo de cultivo muy bueno». A su juicio, es necesario replantearse si las deducciones cumplen el objetivo económico para el que fueron diseñadas y estudiar cómo se pueden simplificar y limitar para favorecer el empleo y la recaudación sin alimentar la ingeniería fiscal.