Lo de Mariano Rajoy conversando con Obama sobre el inglés que estudian sus hijos y él mismo, viene a situarnos ante la más cruda realidad política. No se quiere enterar, ni siquiera en inglés. O quiere que se le digan las cosas en inglés, porque así aprovecha con hacerse un vocabulario. Cuando en Seúl habló en español, algunos de sus más conspicuos compañeros de viaje, se sintieron poco menos que ofendidos. Esas declaraciones de conformismo ante los resultados electorales, han vuelto a soliviantar a la tropa más extremista. Como habían vendido todas las pieles, al darse cuenta de que no tienen el oso, están muy nerviosos. Mucho. Excesivamente nerviosos para cosa buena.

Muchas noches de mi vida me sacrifico por ustedes mis dilectos lectores. Y la noche del lunes, me zambullí de hoz y coz, en las tertulias de la caverna para disfrutar. Para divertirme, para ver cómo se desmoronan todos sus castillos, y cómo vuelven a sacar de la faltriquera sus navajas para acuchillarse entre ellos. Cuando se meten con los de IU llamándoles comunistas, o sacan a pasear al fantasma de ZP, la cosa pierde un poco de interés, pero cuando analizan las causas de los resultados, especialmente andaluces, entonces no hay manera de cambiar de canal. Nos abducen. Yo diría que son los tertulianos más adoctrinados de la historia de la televisión, capaces de mentir con un cuajo absoluto, de decir lo uno y su contrario, dependiendo de quién paga. Están instaurando una verbalidad panfletaria a base de consignas perniciosas repetidas que les lleva a la locura. Solamente les fastidia la realidad, pero como ellos beben vino, la matizan con los taninos. Ellos buscan crear ficciones tangenciales para poder operar desde la impunidad. Y no reparan en gastos.

Su obsesión de estos días es despistar e intentar criminalizar la huelga de mañana, llamando a la delación, intentando crear un estado de crispación y terror ante los supuestos piquetes. Para esta gente los sindicalistas son poco menos que bolcheviques, y los informativos de RTVE de inspiración anarquista. Nada. Que no cuela. La huelga es política, como lo es la reforma laboral. Faltaría más. Greba. Strike.