En los últimos años sufrimos ataques a los intereses de las clases populares por parte de los sucesivos gobiernos de Madrid y autonómicos. Esta ofensiva desreguladora coincide con la sustitución del capitalismo productivo por el capitalismo especulativo, de carácter financiero, responsable de la crisis global de dimensiones impensables.

En este marco, la reforma de las pensiones, los recortes de derechos sociales y laborales, coinciden en el tiempo con una desregulación del ámbito laboral, en forma de reforma, que remata la destrucción del ámbito público, todo bajo el dogma neoliberal imperante.

Las organizaciones sindicales que suscribimos este documento, imbricadas en nuestros respectivos países y con sus clases populares, no queremos permanecer como espectadores de este desmantelamiento de todo aquello que hace referencia al ámbito público y a la protección social, piezas esenciales de la cohesión y de la justicia social. Plantemos cara y convirtámonos en un muro de contención ante esta ola de ataques directos contra el bienestar y el futuro de las clases populares.

Por eso, nos oponemos frontalmente a una reforma laboral que deja en total indefensión a las trabajadoras y trabajadores, en un mercado laboral desregulado y a merced, exclusivamente, de los caprichos y necesidades empresariales, donde los convenios colectivos se convierten en papel mojado y en el que las relaciones laborales, lejos de avanzar en derechos, se acercan peligrosamente a las arcaicas relaciones feudales. Nos oponemos a una reforma que solo facilita la expulsión del mercado laboral en lugar de facilitar el acceso al trabajo de las ciudadanas y los ciudadanos y que por tanto, se convertirá en una nueva herramienta de precarización y de incremento de la desocupación.

Por todo ello, queremos dar una respuesta clara e inequívoca de oposición a esta reforma laboral con una huelga general que deje claro que los ciudadanos y las ciudadanas no aceptaremos este ataque directo contra los derechos sociales. Una movilización que tiene que ser la respuesta también contra los ataques que sufrimos como pueblos y como clase, para avanzar así en la consecución de marcos de relaciones laborales y protección social propios y hacia la liberación nacional y social de nuestros países.

Por estos motivos, y desde nuestra convicción internacionalista, hacemos un llamamiento a la ciudadanía de Canarias, Euskal Herria, Galiza y los Països Catalans para secundar activamente la huelga general del próximo 29 de marzo.