«La verdad es que ya me estoy adaptando otra vez. Siempre me he sentido muy cómodo en esta ciudad y creo que será muy fácil la transición. Y estaré a disposición del entrenador cuando él quiera».

Andrés Chapu Nocioni se mostró «cansado» -por el primer entrenamiento de ayer por la mañana, «y eso que me dijeron que este fue de los suaves», añadiría entre risas- pero «ilusionado» tras dar el paso de volver al equipo que lo vio crecer y explotar. «Yo ya jugué ocho años en la NBA y extrañaba el jugar por algo y no estar sentado en un banco siendo un número más de un equipo. He venido acá porque veía que era un nuevo desafío y yo siempre me moví por desafíos», reconocía.

Las oficinas de Caja Laboral de la calle Dato de Gasteiz no daban abasto para la profusión de medios -y aficionados agolpados fuera- que quisieron inmortalizar el retorno del «hijo pródigo» -así fue anunciado en la presentación ante el Estudiantes-, que se mostró afable y encantado por el regreso, ávido de jugar cuanto antes -debutará este domingo, a partir de las 12.30 en el Centro de Tecnificación frente a Lucentum Alicante-. «Lo estaba deseando, quería jugar ya y si es en este club, mucho mejor», dijo el alero.

De la felicidad a la amargura

Antes de nada, Nocioni hizo un somero repaso a las más de siete temporadas que pasó en los Estados Unidos, donde destacó su paso por los Chicago Bulls. «Fui muy feliz en Chicago, donde pasé cinco años muy bien; muy infeliz en Sacramento, siempre lo dije; en Philadelphia me quedó un poco un gusto amargo, porque empecé muy bien hasta que me fracturé un dedo, y a partir de ahí no tuve más protagonismo ni participación en el equipo».

sobre su último destino en la NBA, confesó que resultó «una frustración, porque me fui con el equipo bien, sin problemas; ellos mismos me pidieron que descansara dos semanas porque seguía jugando con el dedo roto, pero después no volví nunca más al equipo. Me quedé con la conciencia tranquila, de que había hecho las cosas bien, pero con un sabor amargo».

Esa amargura lo reflejaba ante todo en que «perdí la participación en el equipo. De última, yo no aspiro a jugar 30 minutos por partido, pero perdía ser parte de un equipo. No era, por eso, muy feliz».

Quizá por ello, y aun reconociendo que «cambiaron muchas cosas de cómo jugaba de joven», Nocioni subrayó que «mantengo las mismas ganas y la misma intensidad de siempre». Con todo, solicitó un tiempo para «el proceso de volver a la cancha y ser parte de un equipo, pero yo siempre me adapté muy rápido. Nunca tuve ningún problema de adaptación a ningún lado, así que ya estoy preparado de la cabeza para afrontar lo que viene y que ojalá que el equipo mejore y tengamos posibilidades de participar y estar ahí cerca por el título».

Llamamiento a la afición

El Chapu declaraba que van a intentar hacer lo máximo para ganar la Liga ACB Endesa, pero que para ello necesitan el apoyo del público. «Necesitamos que la gente nos lleve a ganar partidos, como equipo nos gustaría sentir a la afición en nuestra espalda para que nos lleven hacia adelante», manifestaba.

Entusiasmado también con el nuevo pabellón, del que afirmaba que ojalá se llene todos los partidos, Nocioni se mostraba como si nunca se hubiese marchado de Gasteiz, pero con un matiz. «Lo que dí por este equipo, ya lo hice, ahí queda. Ahora es otra oportunidad para intentar demostrar que podemos hacerlo», finalizaba.

En otro orden de cosas, el general mánager del Baskonia, Felix Fernández, demoró los resultados a la jornada de hoy de las diversas pruebas que se han venido haciendo a Fernando San Emeterio, lesionado en el encuentro del pasado domingo. «Hasta el momento -dijo-, se está siguiendo un tratamiento conservador con los fisios y el médico del equipo», declaraba.

Asimismo, el Baskonia presentó la camiseta, ya disponible, del partido del próximo 9 de abril, con un escudo con la cifra 15.000 por la ampliación del pabellón de Zurbano.