El sindicato LAB considera que los Presupuestos Generales del Estado español aprobados el pasado viernes por el Gobierno español «ya han sido rechazados por la gran mayoría social de Euskal Herria», en la que, según destacaron ayer, fue «la mayor huelga general de las últimas décadas».

En una rueda de prensa celebrada en Donostia, la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, acompañada de la secretaria de Política Social del sindicato, Bea Martxueta, criticó que estos presupuestos sirven para «profundizar en la crisis y aumentar el desempleo y la exclusión social» y «beneficia al lobby financiero».

Etxaide remarcó que la mayoría de la sociedad dijo «no, de forma conjunta y unitaria» a estas políticas durante la pasada jornada de paro general. Por ello, exigió a las instituciones vascas que hagan «un recorrido propio» e implementen «otro tipo de políticas» porque «hay que transformar el modelo económico y social. Les exigimos que hagan un ejercicio de soberanía política de una vez, que actúen mirando a lo que el jueves decidió la gran mayoría social, que rechacen estos presupuestos y sean la garantía institucional para que estas decisiones no sean efectivas en Euskal Herria», indicó.

La máxima responsable de LAB insistió en pedir a las instituciones que se conviertan en «el dique de contención» de las políticas que marca el proyecto de presupuestos estatales, tomen «la iniciativa» y adopten decisiones propias para «construir una alternativa» que dé «forma real» al recorrido necesario a realizar para salir de la crisis. Sobre los propios presupuestos, Etxaide indicó que «son para beneficiar a esta élite económica, en primer lugar, premiando sus actitudes especulativas y el fraude fiscal, y, después, perjudicando a la gran mayoría social en un coste que hay que asumir para poder seguir premiando a esa élite»

«Seguir garantizando los privilegios de la banca» y «castigar a los sectores más necesitados y desfavorecidos por la crisis» son algunos de los fines del Gobierno que preside Mariano Rajoy con estas cuentas, criticó la secretaria general, quien denunció que suponen «un paso decisivo en el desmantelamiento de los servicios públicos». A su juicio, se trata de unos presupuestos dirigidos a «profundizar en la crisis, aumentar el desempleo y la exclusión social». Etxaide indicó que, ante los recortes presupuestarios y la reforma laboral, LAB trabajará en «nuevas iniciativas para incrementar la capacidad de movilización y confrontación en las empresas», además de «seguir dando cuerpo social a la alternativa que necesita esta crisis».

Lo que descartó rotundamente es participar en una mesa de diálogo con la patronal Confebask nada más pasar las vacaciones de Semana Santa al objeto de blindar los convenios vascos, como señalaban ayer periódicos del grupo Vocento. Etxaide dijo con rotundidad que lo publicado «es mentira» y que nadie ha contrastado la información con LAB. «No sabemos si mienten por afición o por encargo, pero nosotros no tenemos intención de reunirnos con Confebask, al menos en plazo reciente», puntualizó.

Abrir camino al copago

Por su parte, Bea Martxueta incidió en que los Presupuestos generales presentan «recortes en todos los ámbitos, pero sobre todo en lo social y que se traducirán en las próximas semanas, por ejemplo, en la apertura del camino para el copago sanitario».

En su opinión, «el proyecto capitalista español avanza, en un momento en que la palabra democracia no significa absolutamente nada y en el que la situación económica es insostenible, con un estado que tiene la mayor desigualdad de renta de Europa, de destrucción de empleo y con un colectivo de jóvenes en el que el 42% no encuentra trabajo».

La secretaria de Política Social de LAB hizo referencia a «la congelación del sueldo a los funcionarios unida al incremento de las horas de trabajo, con el único objetivo de despedir a los trabajadores interinos y temporales». Otro aspecto que resaltó es «el recorte de 1.500 millones de euros en políticas activas de empleo, lo que demuestra una nula voluntad de reactivar la economía real o de invertir en el tejido productivo».

ELA aboga por el «no» al Estado

Desde ELA, su secretario general, Adolfo Muñoz, destacó que la pasada huelga certificó que hay «una clase trabajadora viva, que es consciente de lo que está en juego y que está dispuesta a pelear».

Muñoz destacó que la huelga cumplió los tres objetivos para los que fue convocada. Por una parte «se evidenció la postura en contra de los recortes y reformas» y, además, la sociedad vasca mostró que es consciente de que hay «alternativas» a la actual política. Asimismo, reconoció que sirvió para dar «oxígeno en vena» a la militancia sindical que debe intentar «frenar» esa reforma laboral en los centros de trabajo.

El dirigente de ELA indicó que en esta coyuntura de «emergencia social», el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, está «marcando la pauta». Muñoz afirmó que se va a una fase en la que el Estado, a través de la legislación básica, va a «obligar» a todas las administraciones a cumplir sus políticas que «sirven al capital». En este sentido, aseguró que hay que decir «no al Estado si de verdad se cree en una política social, hay que defender el autogobierno práctico y hay que decir no al Estado en la aplicación de esas recomendaciones, de esa utilización de la legislación básica».

De la misma forma que LAB, Muñoz expresó su rechazo a la posibilidad de participar en una negociación con la patronal de la CAV y el resto de sindicatos para blindar los convenios vascos porque sería un proceso con «unos elementos de desequilibrios totales, ya que Confebask no va a ceder nada». Por ello, aseguró que no van a dar «legitimidad a una patronal que se va a poner las botas con la reforma laboral».

UGT apunta hacia ELA

Por su parte, el secretario general de UGT de Euskadi, Dámaso Casado, emplazó a ELA a dar «un giro» y unirse al resto de centrales para «defender los derechos de los trabajadores» e «intentar desbloquear» los convenios colectivos. Asimismo, reconoció que, tras Semana Santa, tienen previsto mantener contactos con la patronal, aunque su intención, matizó, es reunirse primero con el resto de sindicatos para abordar la negociación de convenios de forma individual en cada empresa.

Casado y la secretaria de Acción Sindical de UGT de la CAV, Maribel Ballesteros, comparecieron en Bilbo para valorar la huelga general que, a su juicio, «le ha enviado a Rajoy el mensaje de que tiene que empezar a cambiar» porque «no puede seguir recortando derechos en manos del capitalismo europeo permanentemente y en contra de la ciudadanía».

Según dijo, «en Euskadi una de las claves importantes para parar una parte muy importante de la reforma laboral es la negociación colectiva porque si conseguimos firmar y avanzamos en los convenios y eso se cumple se paran muchos de los recortes que está haciendo el Gobierno».

Por ello, Casado añadió que UGT quiere «sumarse al resto de sindicatos y que haya la mayor unidad posible, porque la patronal está muy encantada de la congelación que está habiendo de los convenios». Tras advertir que el «avance en la unidad sindical se tiene que hacer de una forma rápida», Casado insistió en la necesidad de desbloquear los convenios «para mantener los trabajadores que estén activos y, esperemos, crear algún empleo si hay acuerdos».