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Londres enviará mañana a «patrullar» a Malvinas su destructor Dauntless

El Ministerio británico de Defensa confirmó ayer que el destructor HMS Dauntless, uno de los buques de guerra más modernos de Gran Bretaña, zarpará mañana hacia el Atlántico sur para realizar «tareas rutinarias de patrulla». El despligue fue confirmado cuando se conmemora el 30 aniversario del inicio de la guerra de las Malvinas y cuando las relaciones entre Buenos Aires, que ha denunciado la militarización del archipiélago, y Londres pasan por uno de sus peores momentos.

GARA | LONDRES-BUENOS AIRES

El destructor HMS Dauntless, uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 con que cuenta la Marina británica, partirá mañana del puerto de Posthsmouth, en el sur de Inglaterra hacia el Atlántico Sur, donde se ubican las Malvinas, en una misión que se prolongará durante seis meses y que se centrará, según señaló un portavoz del Ministerio británico de Defensa a Efe, en realizar «tareas rutinarias de patrulla». Este buque de guerra sustituirá al que lleva a cabo tareas de vigilancia en aguas cercanas a las islas Malvinas.

Londres insistió en que este despliegue, que fue anunciado a en enero y confirmado ayer, no supone una militarización de la zona, algo que Buenos Aires ha denunciado reiteradamente.

El anuncio tuvo lugar el mismo día en el que se conmemoraba el trigésimo aniversario del inicio de la guerra de las Malvinas, el 2 de abril de 1982, que ayer se recordó tanto en Argentina como en Inglaterra. Aquella guerra por la soberanía de las Malvinas, que concluyó con la rendición del Ejército argentino el 14 de junio y dejó cerca de 900 muertos dio la última estocada a la dictadura, que recurrió al nacionalismo y al patriotismo para intentar hacer olvidar sus atrocidades.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, encabezó en Ushuaia el acto central. En su discurso, apostó por el diálogo para resolver el conflicto con Gran Bretaña, aunque calificó de «absurda» la voluntad británica de mantener las Malvinas, y pidió la Cruz Roja Internacional ayuda para identificar a los soldados enterrados en el cementerio de Darwin, en las islas. «No queremos tambores de guerra», dijo la presidenta.

En Argentina, esta conmemoración arrancó el domingo por la noche con una «marcha de antorchas» por Buenos Aires, que dio paso a una vigilia frente al «Monumento a los Caídos», en la plaza San Martín. Una caravana de veteranos partió hace semanas de La Quiaca, fronteriza con Bolivia, con el objetivo de llegar ayer a Ushuaia.

En Londres, el primer ministro británico, David Cameron, envió un mensaje conciliador a Argentina, al rendir tributo también a los soldados argentinos caídos en aquella guerra, aunque sin ceder un ápice en su postura respecto a la soberanía de las islas, que considera británica, y a su firme compromiso de «defenderlas». En su opinión, el Ejército británico «reparó el profundo error» que supuso la invasión de las islas Malvinas, con la que Argentina pretendía «robar a sus habitantes la libertad y su forma de vida».

Las conmemoraciones argentina y británica del inicio de la guerra de las Malvinas han estado precedidas de un incremento inédito de la tensión entre Buenos Aires y Londres en torno a la soberanía del archipiélago y de las presiones de Argentina para frenar las explotaciones de pesca y petroleras. La reivindicación argentina ha pasado a ser causa común de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que ayer formalizó ante la ONU su apoyo a Argentina. Su secretaria general, María Emma Mejía, entregó la declaración firmada por los doces países que integran ese bloque a su homólogo de la ONU, Ban Ki Moon, en el que piden a Gran Bretaña discutir con Argentina la disputa por soberanía y la «anacrónica situación colonial en suelo americano».

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