Conforme se van conociendo algunos detalles de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, crece el pánico de manera geométrica. No hay ni una buena noticia en nada de lo que ha salido de este equipo gubernamental más pendiente de la bendición neoliberal alemana que de la resolución de los problemas generales, aunque estén muy preocupados por agradar a sus patrocinadores, especuladores, corruptos, delincuentes fiscales y otra grey que se frotan las manos con estos PGE que llegan el mismo día en el que se sabe que ha crecido el paro, en Euskadi con porcentajes superiores a la media estatal, lo que aventura un futuro bastante oscuro.

Relativo a lo que nos ocupa, en los PGE se deja constancia de la venganza orquestada contra el mundo de la Cultura en general, pero del cine en particular al que rebajan de una manera drástica y salvaje sus presupuestos para ayudas a la producción. Menos películas, menos industria, más colonización, y seguimos con la canción. Los efectos de todos estos recortes vengativos, los vemos de manera palmaria en TVE, que desde que decidieron ajustar los presupuestos a base de suprimir las series de ficción que le daban sentido y audiencia, ha sufrido una bajada de telespectadores que la colocan en un segundo lugar muy pegadita a la tercera, Antena 3. Gana Tele5, y si se suman todos los canales de los tres grupos, se mantiene esa primacía. Un dato de marzo: ETB-2 vuelve a los dos dígitos tras meses de penuria, lo que es una cuestión a analizar.

El que las audiencias suban o bajen no siempre es fruto de la inversión económica, sino de un cúmulo de circunstancias que afectan a los resultados finales. En estos momentos, TVE no tiene ni siquiera dirección, nadie ha sido nombrado, por lo que esa dejadez ayuda al deterioro palpable, que le va a llevar a su adelgazamiento hasta los límites de la existencia. Nadie cree que sea algo circunstancial y pasajero, sino una manera de acabar con el ente público, reforzar a las privadas generalistas más comerciales, y si las cosas van muy mal, privatizar las públicas, objetivo que forma parte de su ideario desde hace muchos telediarios. Silvio Berlusconi sabe bastante de estas estrategias.