Los parlamentarios de Aralar Aintzane Ezenarro, Oxel Erostabe y Mikel Basabe, que el viernes votaron a favor de la ponencia de paz y convivencia en contra del criterio de su formación, anunciaron ayer su intención de no poner sus cargos a disposición del partido, como se deduce de su «compromiso» de seguir trabajando en el foro que excluye a la izquierda abertzale, haciendo caso omiso a la petición de la dirección. En cuanto a los motivos de su proceder en el Parlamento de Gasteiz, aseguraron que votaron a favor de la ponencia «en conciencia» y «con coherencia». No puede ponerse en duda que la conciencia y la coherencia de estos tres electos les invitara a posicionarse a favor de la iniciativa, un posicionamiento político legítimo. Pero partiendo de esos mismos argumentos, una actitud coherente y en conciencia debía haberles empujado a asumir que si ellos están donde están es por haber concurrido en las listas de un partido que no comparte su posición, y que en tal caso prevalece la decisión adoptada mayoritariamente en su seno. Asimismo, una vez efectuada la votación, actuar en conciencia y con coherencia sería poner sus cargos a disposición del que siguen perteneciendo y que así se lo ha demandado. Porque aferrándose el cargo, podría pensarse que no es la conciencia y la coherencia lo que realmente les guía.