Millán Astray era un generalote, de los de la guerra de Africa. Creó un cuerpo militar que se llama la Legión, cuyos miembros se autodenominan «novios de la muerte». Ese personaje fue el que tuvo una trifulca en Salamanca con el entonces rector de la Universidad, D. Miguel de Unamuno. En el rifirrafe gritó eso de «viva la muerte, muera la inteligencia», a lo que Don Miguel respondió con aquello de «muera la mala inteligencia». Para percatarnos del nivel del personaje recordaré aquella otra frase que se le atribuye al militar: «cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola».

El legionario en su tumba se siente satisfecho, pues tiene en Iruñea una heredera.

Barcina, cuando oye hablar del mayor tesoro cultural que tenemos en Nafarroa, nuestro idioma, el euskara, el más antiguo de Europa, trasmitido de padres a hijos durante siglos y siglos, se pone loca, nos priva de licencias en los medios, nos quita las subvenciones y ahora para privarnos de la señal de EITB echa mano de pistolas, manda a la Guardia Civil a borrar de la tele el uso y disfrute de nuestra lengua, nuestra cultura. Y nos habla de legalidad, la del ático.

Está visto que cuando se trata de vivir y disfrutar de nuestra cultura, de respetar otras formas de expresarse y de relacionarse, la capacidad intelectual y democrática de la presidenta de Nafarroa está a la par de la de un personaje como Millán Astray. A Barcina le haremos saber lo que Unamuno dijo al legionario: «tenéis sobrada fuerza bruta, venceréis pero no convenceréis». Muchas personas han intentado hacer desaparecer el euskara. Siempre ha habido muchas medidas represivas. Pero los y las navarras hemos sido, somos y seremos euskaldunes.