Llega a San Mamés un Sevilla sin José Antonio Reyes ni Diego Perotti, pero con tres victorias consecutivas, para enfrentarse a un Athletic sin Javi Martínez y con un solo punto de los últimos quince posibles. Duelo de equipos aspirantes a los puestos europeos, algo que poco importa a Marcelo Bielsa si hacemos caso a su discurso de cada fin de semana y que en este no iba a ser menos: no hay más objetivos que ganar el siguiente partido. Y ese es del de hoy.

El problema es que los leones suelen pagar muy cara su resaca europea. No en vano, de los 11 partidos postcontinentales, el Athletic solo ha conseguido ganar tres, empatando cuatro y perdiendo otros tantos, lo que arroja un deficiente balance de 13 de 33 puntos posibles. Algo que explica su actual situación en la tabla, a la que ni siquiera el técnico argentino es ajeno.

«Nunca nos marcamos objetivos. El objetivo es afrontar el próximo partido con la ilusión de ganarlo. Obviamente, no ignoro la secuencia de resultados que hemos ido hilvanando ni la posición de la tabla en la que nos encontramos. Ninguna de las dos cosas puede provocar satisfacción», asumió el rosarino.

Poco más de sí dio la rueda de prensa de ayer del preparador rojiblanco, escueto como muchas veces, más allá de incidir en su tesis de que «la sucesión de resultados es la que marca las expectativas» y «fijar a priori» esos objetivos «no conduce a nada ni tiene valor alguno (...) Es una pérdida de tiempo».

Bielsa, que, raro en él, no quiso adelantar el once inicial, parece que podría alinear a los habituales, incluido un Ander Herrera al que ante el Schalke cambió por motivos tácticos y no físicos, según dijo luego. Veremos si el exzaragocista dura más de 45 minutos sobre el césped y también si algún cachorro como Ruiz de Galarreta o Ramalho tiene sus minutos.

Sí retorna Iturraspe, al que se le echa en falta cada vez que se ausenta de los onces de Bielsa, como el jueves. Quien no va convocado es Iñigo Pérez, por una lesión ayer en los isquiotibiales de su pierna derecha.

Sobre el Athletic, el entrenador sevillista Míchel destacó que se trata de «un equipo rebelde al que a veces no se le puede reducir porque son jóvenes y con vitalidad». En cualquier caso, advirtió que «es un equipo de intercambio de golpes, con una virtud que es la de ser muy activos. La mayoría de sus partidos son similares y no se rinden ante nadie, pero no han ganado en las últimas cinco jornadas».