CRÓNICAS DESDE bagdad | «SAAD» comandante en jefe de la guerrilla insurgente Brigadas de la Revolución de 1920
«Los responsables de la ocupación nos han dejado en manos de asesinos»
Se hace llamar Saad y se presenta como el líder de unas milicias suníes que deben su nombre a la histórica insurrección contra el imperio británico. Reivindica, desde una visión islámica aunque alejada del rigorismo de Al Qaeda, el derecho de los iraquíes a rebelarse contra un gobierno títere, como hizo la resistencia en el Estado francés contra el régimen de Vichy.
Andoni BERRIOTXOA | BAGDAD
«Hasta el último momento no sabréis dónde ni cuándo se realizará la entrevista», nos dice la voz que está al otro lado del teléfono. Desconocemos su identidad, también el número del que nos llama. «La persona que contactará con vosotros se hará llamar Saad. No es su verdadero nombre, ni os lo dirá. No le preguntéis nada acerca de su vida personal o la entrevista se terminará inmediatamente».
Nos juntamos con Saad en el lugar pactado 30 minutos antes de la entrevista. Nos muestra un listado de personas en el poder en el gobierno iraquí. «Son todos chiíes», denuncia. Antes de comenzar la entrevista, que también se grabará en video, el insurgente mira a la calle por el resquicio que dejan las cortinas. «No quiero que mi cara se vea. Mi voz tiene que ser distorsionada. No puede verse la ropa que llevo. La cámara tiene que estar grabando desde un ángulo, no desde el frente. Al terminar la entrevista tengo que ver lo que se ha grabado para que mi identidad no corra peligro». Saad está nervioso, vigila continuamente de reojo la puerta que hemos atravesado. La situación es tensa y entrevistador t entrevistado queremos terminar el trabajo cuanto antes. Comenzamos a charlar de varios temas para olvidarnos un poco de la adrenalina que nos recorre el cuerpo. Saad confirma que es el comandante en jefe de Las Brigadas de la Revolución de 1920.
Nos comenta que Las Brigadas de la Revolución de 1920 es un grupo de milicianos suníes, que incluye a ex miembros del disuelto ejército iraquí, que llevaron a cabo ataques armados contra las fuerzas de ocupación estadounidenses. Su objetivo: establecer un Irak independiente y liberado con base islámica. El nombre del grupo hace referencia a la revolución de 1920 contra el dominio británico en Irak.
¿Cómo se han organizado los grupos insurgentes suníes desde la retirada de las tropas estadounidenses en diciembre pasado?
Después de la invasión del país una gran cantidad de guerrillas se crearon y se reunieron en grupos diferentes. Tenemos una gran cantidad de armas de los antiguos almacenes del régimen de Saddam Husein. Unos y otros estamos en contacto directo ya que compartimos una agenda común. Hay grupos insurgentes religiosos que aún están activos, tales como Ansar Al Sunna, pero también hay insurgencia secular. Las Brigadas de la Revolución de 1920, la cual dirijo, pertenece a una coalición de grupos insurgentes más amplia, llamado Frente Yihad y Cambio, que consta de 13 grupos insurgentes suníes en total. Nos organizamos en células independientes, por lo que es muy difícil ser penetradas por agentes de la seguridad. Hay que hacer una clara distinción entre Frente Yihad y Cambio -mi grupo- y Al Qaeda. Este último tiene un programa propio a largo plazo y no tenemos relación alguna con ellos.
¿Los miembros del partido Baath - los seguidores de Saddam Hussein - también pertenecen a esta coalición de grupos insurgentes que usted menciona?
No. Por lo que yo sé, sólo tienen un grupo operativo que sólo es capaz de llevar a cabo operaciones en unas pocas áreas del país.
Usted es el comandante en jefe de las Brigadas de la Revolución de 1920, ¿cómo definiría a su grupo?
Elegimos el nombre del grupo en relación con la revolución de 1920 contra el dominio colonial británico en Irak. Decidimos organizarnos antes de la invasión cuando tuvimos pruebas claras de lo que iba a suceder. Hoy luchamos por un estado iraquí libre e independiente con una base islámica. De hecho fuimos los primeros combatientes en luchar contra los estadounidenses. La primera acción llevada a cabo fue el 20 de mayo de 2003, cuando destruimos un vehículo blindado estadounidense en la ciudad de Mosul. Nuestra última operación contra los invasores fue tres días antes de que se retiraran. Destruímos un vehículo militar en la base Baker, en el norte de Bagdad.
Hoy en día podemos operar en dos terceras partes del país y sólo estamos esperando órdenes de nuestros altos mandos. Por otro lado, la última acción del Frente Yihad y Cambio fue el bombardeo del aeropuerto de Bagdad con misiles Katyusha el 27 de marzo. Los medios de comunicación a menudo nos retratan, ya sea como los yihadistas de Al Qaeda o los miembros del partido Baath, pero, como he mencionado antes, no hay conexión alguna entre nosotros. Simplemente somos iraquíes suníes normales que han estado luchando contra la ocupación desde el primer día.
¿Acaso la reciente retirada de las tropas estadounidenses significa que la ocupación del país ha terminado?
Cuando Alemania invadió Francia en la Segunda Guerra Mundial estableció un gobierno títere, el de Vichy. La resistencia francesa mantuvo la lucha contra la ocupación y eso es exactamente lo que estamos haciendo hoy, estamos luchando contra el gobierno títere creado por Washington. Luchamos contra ellos cuando ocuparon el país y hoy luchamos todavía contra cualquier persona, sea títere de Estados Unidos o del gobierno iraní, cuya influencia es cada vez mayor en Irak, especialmente a través de la coalición política chií en el poder.
El número real de bajas estadounidenses en Irak desde el 2003 sigue generando controversia ¿Tiene usted la suya?
La cifra de muertos dada por los estadounidenses no tiene nada que ver con las cifras reales. Sabemos que más de 40.000 soldados estadounidenses han muerto y 250.000 resultaron heridos.
Usted denuncia que los suníes están siendo marginados en Irak. ¿Puede concretar esta acusación?
La mayoría de los suníes en Irak, en su conjunto, se han mantenido lejos del poder y la toma de decisiones. Te puedo dar algunas cifras: sólo el 3% del personal del Ministerio del Interior es suní, un 9% en el Ministerio de Defensa. Entre los nueve departamentos que se ocupan de la seguridad, todos los altos rangos están ocupados por chiítaa. Casi todos los comandantes son chiítas, a pesar de que muchos de ellos fueron oficiales de alto rango durante el régimen de Saddam Hussein.
Abdul Aziz Al Obeidi, en la región de Anbar, es suní, pero ha estado trabajando muy apegado a los intereses chiíes. El 80% del entrenamiento del cuerpo de la Policía Federal se lleva a cabo en Irán. Aparte de eso, expilotos durante la guerra entre Irak e Irán están siendo enviados a Irán. Más de 150 fueron entregados recientemente a las autoridades iraníes y no sabemos nada acerca de ellos. En el plano civil, estamos sometidos a campañas de arrestos indiscriminados y hoy en día se habla de 300.000 prisioneros suníes en Irak, la mayoría de ellos inocentes y, a menudo mantenidos en cárceles secretas. Las ejecuciones de los suníes son también algo común. Muchos de ellos han sido obligados mediante tortura a confesar crímenes que no han cometido.
Se dice que los chiíes comprenden el 60% de la población. ¿Es realista luchar contra una mayoría tan aplastante y tan bien bien armada?
Fueron los americanos los que difundieron la falsa idea de que somos sólo el 20% de la población total, algo que también ha sido alentado por Irán. Hay una manera de saber las cifras reales: sólo tienes que fijarte en los cupones de alimentos, que establecen la secta religiosa de cada individuo. Con estos datos se llega a la conclusión de que somos más de la mitad de la población. No se olvide de que la mayoría de los kurdos son sunitas, y también los turcomanos. El Gobierno es muy consciente de ello y ha canalizado la llegada de más de un millón de chiíes de Irán a nuestro país.
Según algunos informes, hubo miembros de las Brigadas de la Revolución de que se unieron a los estadounidenses para combatir a Al Qaeda en 2007. ¿Cómo se explica esto?
Ha habido una confusión alimentada por algunos medios de comunicación que tenían un gran interés en alinearnos con las fuerzas del gobierno títeres, pero siempre los hemos negado categóricamente. Quienes se unieron a los estadounidenses en 2007 eran antiguos miembros de nuestra brigada de Diyala, que ya había creado otro grupo escindido llamado Hamas Irak. Soy consciente de que varios exinsurgentes sunitas se unieron al Consejo del Despertar o Sahwa -un grupo paramilitar respaldado y financiado por las tropas estadounidenses para combatir a Al Qaeda en las regiones suníes-, pero la Revolución de 1920 no se han acercado a las milicias de los invasores de nuestro país.
En consecuencia, son los Hijos de Irak también objetivos potenciales de su grupo?
Hay que hacer una distinción entre ellos. Estamos tratando de convencer a los que se unieron al programa sólo por un salario para que depusieran las armas. Pero los que se alinearon con los americanos con la clara intención de dañar a la resistencia iraquí serán castigados por sus actos.
¿Está usted luchando también en Siria?
Prefiero no comentar nada sobre esta cuestión.
El gobierno, en repetidas ocasiones, insiste en que la reconciliación con grupos como el suyo está en marcha ahora que los americanos han dejado el país. ¿Es esto cierto?
Eso es absolutamente falso. ¿Cómo puede ser cierto eso si miramos las cifras de detenidos suníes y la presencia abrumadora de los chiíes en las fuerzas de seguridad? No hay reconciliación posible de ningún tipo en el escenario actual.
¿Hay algún mensaje que quiere transmitir a la comunidad internacional?
El mundo debe saber que todo el país se encuentra todavía en un estado de abandono. Los responsables de la ocupación de Irak nos han dejado en manos de asesinos que están masacrando a su propio pueblo. Un millón y medio de iraquíes han muerto durante la guerra, hay más de un millón de viudas y cuatro millones de huérfanos. Moralmente los responsables deberían ayudarnos a reconstruir el país y hacer frente a la grave situación que estamos viviendo en la actualidad. Nunca hay que olvidar que todo empezó con una invasión basada en una red de mentiras basada en la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Irak.