Desde la formación de Vendetta a finales de la década pasada, el grupo no ha cesado en su proyección. Son habituales en las fiestas populares y sus skas no hay quien deje de bailarlos. Pero Vendetta, además de ser folloneros del ritmo también es una banda comprometida, por lo que no extraña que el pasado jueves actuasen en un campamento de refugiados saharauis ante cientos de personas.

«No podemos hacer una valoración del concierto solamente, ya que estamos contaminados por los días que llevamos aquí. Ha sido una experiencia completa y nuestros corazones están llenísimos. Hemos visitado los campamentos, hemos estado en las escuelas de música, con las mujeres, en un centro de mutilados de guerra... este concierto es lo que ha culminado el proyecto», apunta la banda y según recogen Endika Alonso y Mikel Razkin.