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Campeonato de Parejas

«La pelota es redonda y se demuestra así»

Las manos le fallaron a Beroiz en el momento más inoportuno y Xala-Laskurain jugarán la final.

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XALA-LASKURAIN 22

OLAIZOLA II-BEROIZ 18

Jon ORMAZABAL

Se cuenta que, para convencer a los Reyes Católicos españoles de que era posible llegar a Asia por el Atlántico, el navegante genovés Cristobal Colón cogió un huevo y lo golpeó sobre una mesa, rompiendo únicamente la base, de tal modo que este se sostuvo y pronunció la célebre frase «la Tierra es redonda y se demuestra así». Lo ocurrido en este Parejas podría ser -salvando las distancias- un equivalente al huevo de Colón, «la pelota es redonda y se demuestra así» o también al recurrido «fútbol es fútbol» del serbio Boskov adaptado a nuestro deporte.

Con dosis de fortuna -desgracia para los nativos americanos de aquella época-, pero haciendo frente a las creencias de la época, el navegante se topó con todo un continente, mientras que el viernes por la noche, en Bilbo, Xala-Laskurain consiguieron llegar a una final por la que nadie habría apostado a mediados de diciembre, cuando se presentó el Parejas.

Aunque el varapalo mayúsculo de Martínez de Irujo y Barriola ya advirtió de los peligros que escondía este largo trayecto, visto lo visto durante el 90% del campeonato, nadie, o casi nadie, veía la forma de apartar a Aimar Olaizola-Beroiz de la txapela o, cuando menos, de la final, mucho menos cuando el mismo viernes, tras una nueva exhibición rematadora del delantero de Goizueta -de largo el mejor pelotari del campeonato- los de Asegarce consiguieron adelantarse 16-7 en el marcador.

Y eso que para el 5-10 las herramientas de Mikel Beroiz ya habían dado el primer aviso de que no estaban bien. Tras seis minutos en el vestuario, el partido se reanudó y Aimar Olaizola asumió todo el peso de su pareja, con incluso momentos brillantes que les permitieron ampliar su renta hasta ese 16-7 antes mencionado. Pero no fue suficiente, no ante dos supervivientes del calibre de Xala y Laskurain, que ya habían pasado por situaciones similares a lo largo del campeonato.

Factor suerte

A pesar de que habían hecho votos de comenzar el choque mucho más enchufados que en partidos anteriores, la pareja de Aspe volvieron a arrancar demasiado fríos y se descolgaron en el marcador, aparentemente de manera irremediable.

Sin embargo, como todo deporte, la pelota tiene ese factor suerte que en ocasiones puede ser más determinante que cualquier lógica y el partido dio un vuelco inesperado. Los de Aspe, como ya les pasó sin ir más lejos hace una semana con Albisu, encontraron un salvavidas en los cuadros largos en su momento más crítico.

Condicionado por el estado de sus manos, Mikel Beroiz se derrumbó ante el acoso de sus rivales, Aimar Olaizola se vio obligado a entrar en juego mucho más forzado -reduciendo sus aciertos y aumentando sus errores- y hasta Xala, que logró su primer tanto en juego en el 13-16, comenzó a hacer daño de aire, lo que dio como resultado una remontada de final.

El debate sobre la justicia de un sistema que deja fuera de la final a una pareja con dos derrotas y mete en ella a otra con ocho ya está en la calle. ¿Debieron dosificarse más unos pelotaris que han sido honestos a más no poder? Hay opiniones para todos los gustos, todas válidas, y es que la pelota es redonda y da muchas vueltas.

Final

En la primera final sin navarros desde 1998, uno de los delanteros conseguirá su cuarta txapela del Parejas, mientras que un zaguero estrenará su palmarés en esta competición.

Pleno de Aspe también en el Promoción

Aunque ha pasado por momentos complicados durante este Parejas, Aspe copará las dos finales, tanto la de Primera como la de Promoción, después de que Olazabal-Larrinaga consiguieran el último billete para la lucha por la txapela de Segunda tras imponerse ayer a Rico IV-Untoria por 22-17 en el Labrit. El de Areso y el de Elorrio se medirán en una final programada, en principio, para el 28 de abril a Jaunarena-Cecilio, que ya estaban clasificados y que cierran hoy su participación en la liguilla de semifinales con un intrascendente partido ante Urrutikoetxea-Ibai Zabala en Eibar.

En un partido marcado por los nervios y la presión, la pareja riojana comenzó imprimiendo mucho ritmo al juego y manejando pequeñas rentas en el marcador, con un Rico IV muy activo que sacó brillo a su derecha. Sin embargo, poco a poco la pareja de Aspe se fue asentando e Iñaki Larrinaga comenzó a mandar en los cuadros largos, poniendo un ritmo más pausado y permitiendo que Mikel Olazabal fuera entrando en juego. El de Areso comenzó algo atenazado, estuvo incómodo en la cancha, pero fue metiéndose en el partido y terminó firmando 13 tantos.

Donde no hubo, ni mucho menos, tanta tensión, fue en el partido que cerró la liguilla de Primera, en el que Berasaluze VIII-Albisu consiguieron despedirse con una victoria, tras imponerse por 22-17 a Titín III-Zabaleta. En este partido, que apenas duró tres cuartos de hora, se notó y mucho, que no había nada en juego, con los delanteros tomándose más riesgos que en partidos pretéritos y los zagueros alternando grandes pelotazos con bastantes errores.

En el primer partido del festival, Asegarce dispuso una previa del Manomanista de Promoción, donde Oier Mendizabal ganó 22-21 a Tainta. J.O.

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