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Gescrap Bizkaia Bilbao Basket logra su sexta victoria consecutiva y llega a la cuarta plaza de la Liga ACB Endesa

El banquillo salva un horrible inicio

Grimau, Raül López y Vasileiadis espabilaron a un Bilbao Basket que caía por 14-33. Los triples del tercer cuarto rompieron el partido.

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GESCRAP BILBAO BASKET 89

VALLADOLID 77

Arnaitz GORRITI

Bien está lo que bien acaba, sin duda, pero el de ayer fue un partido muy raro. «Voy a acabar la temporada con canoso», bromearía después Fotis Katsikaris, al ver que su equipo volvía a pasar muchos más apuros de los esperados ante el colista -en solitario, después del triunfo del Estudiantes- de la Liga ACB Endesa. Los hombres de negro llegaron a ir perdiendo 14-33 después de un arranque calamitoso en el que nada salía en ataque -ni Blums, ni Jackson, ni Fischer tuvieron su día- y ni se defendía, algo que, con sumo gusto, aprovechaban Nacho Martín y Darius Songaila. Por suerte, luego las cosas serían muy distintas.

La irrupción del banquillo bilbaino, con un amago de tangana entre Vasileiadis y el ex de Bruesa GBC Isaac López como elemento detonante, fue providencial. El posterior partidazo del propio alero heleno, Raül López y, sobre todo, un desatado Roger Grimau -sin olvidar a Mumbrú-, volteó un partido que supone no solo la sexta victoria consecutiva de los de Katsikaris, sino que los eleva a la cuarta plaza liguera, aunque con un partido más que Valencia Basket, que ayer disputaba -y perdía- la final de la Eurocup.

Todo revienta tras el descanso

En el contexto de un duelo de contrastes, tremendamente frío de inicio y muy emotivo después -aparte de la citada leve tangana, en el minuto 28 del partido, todo el Bilbao Arena le dedicó una cerrada y sentida ovación a Iñigo Cabacas durante 60 segundos-, el principal exponente fue el tercer período, que cambió radicalmente lo sucedido en la primera mitad. Tras el comentado horripilante inicio -12-26 al final del primer cuarto y 14-33 como punto más bajo tras un parcial de 2-26-, Bilbao Basket logró asear el marcador para el descanso, 36-41, después de mejorar en defensa y una importante racha anotadora de Vasileiadis, amén de las primeras canastas de Grimau.

Ahora bien, al regreso de los vestuarios, aunque la primera canasta fuera un triple de Uriz -se notó la ausencia de Dumas, ya que Samo Udrih cuajó un partido lamentable-, los hombres de negro respondieron con un parcial de 14-3 con el que voltearon el marcador. Grimau y un acertadísimo Raül López procedieron al particular juego del «tiro al blanco» en unos diez minutos de verdadera locura.

El parcial de este tercer asalto fue de 35-17, fruto de los 7 triples de 9 intentos -en los 30 restantes minutos, Bilbao Basket firmaría un 6 de 14 desde más allá de los 6,75 metros- de los locales, que reventaron el partido.

Diego García da un buen susto

No obstante, el duelo no quedó finiquitado en este período, porque el escolta argentino Diego García entró en ignición. Si hasta entonces se había quedado en un segundo plano, viviendo de lo que gente como Songaila, Borchardt, Uriz o Martín podían aportar, cuando vio que Bilbao Basket se marchaba, con rentas máximas de 13 puntos -69-56 y 71-58, resultado con el que se llegó al período final-, asumió la responsabilidad y cerca estuvo de dar un susto a la parroquia.

Con la ayuda de Robinson, Sonseca o Isaac López, Diego García puso al Valladolid a tres puntos, 73-70. Un 14-4 de parcial logrado por Mumbrú, Grimau, Josh Fisher y Vasileiadis abortaba las opciones de remontada de la escuadra pucelana.

Por otro lado, cabe destacar el regreso a las canchas de Banic. El croata jugó 20 minutos, logrando cuatro tantos y añadiendo tres rebotes y una asistencia.

«Ganamos, pero no se puede repetir»

«Hemos ganado, sí, pero estamos en la recta final de la Liga y esto no se puede repetir». Así de contundente hablaba Fotis Katsikaris sobre el trabajo realizado por sus muchachos en un partido que no dudó en calificar como «raro y repleto de altibajos».

«Hemos tenido un muy mal inicio, especialmente en la defensa, por la actitud. Les hemos dejado anotar fácil y además teníamos problemas en ataque. Lo positivo ha sido que en el segundo cuarto hemos subido un poco las líneas y les hemos provocado nueve pérdidas. Acabamos el segundo cuarto con un buen marcador y después del descanso el equipo ha salido como tiene que salir siempre: controlando el rebote y siendo verticales y agresivos en ataque. Hemos ganado, pero esto no lo podemos repetir. Ya está», declaró.

«No hay motivo para arriesgar un partido por tener esa actitud», comentó el preparador heleno, que añadía que «es cierto que tenemos varios jugadores cansados, pero no me gustan las excusas». «Espero que la semana que viene trabajemos y preparemos el partido mucho mejor que este», zanjó, como corolario.

«Lo bueno dentro de lo malo», prosiguió Katsikaris, fue que «en este equipo siempre aparece alguien en los momentos difíciles», aunque prefirió que su equipo hiciera «las cosas normal». En ese sentido, destacó el trabajo de «Grimau, Raül López y Josh -Fisher- en la segunda parte. Hemos comentado muchas veces que tenemos una plantilla profunda. Ellos, sobre todo con su actitud, han cambiado el partido, y por eso los he tenido muchos minutos en la pista».

Sobre el calendario que le queda a Bilbao Basket, con la inminente visita a Valencia y la llegada a Miribilla del CAI Zaragoza el día 25, Katsikaris dijo que «tenemos que prepararnos para estos partidos decisivos. Pero si el equipo está concentrado, tengo plena confianza en ellos, porque estos partidos los motivan mucho». A. G.

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