Maite SOROA | msoroa@gara.net
A la carga contra Argentina
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, anunció el lunes su intención de recuperar para su país la gestión de los recursos energéticos declarando de utilidad pública YPF, filial de la española Repsol, y claro, en algunos medios de comunicación han tocado a rebato. Por ejemplo, «El Correo», que en su editorial afirmaba que «la nacionalización de YPF exige una respuesta contundente al Gobierno argentino», y sacaba la cara a la transnacional petrolera: «Las acusaciones de la Casa Rosada contra Repsol son infundadas: la crisis petrolífera del país es consecuencia de una mala política energética y no de una compañía que sigue pautas de racionalidad económica». Con «racionalidad económica» quiere decir beneficio propio, que puede tener su lógica, como la tiene que las argentinas y los argentinos quieran beneficiarse de sus recursos.
En «El Mundo» eran más tremendistas, y se sentían heridos porque la mandataria argentina citó «la trompa de un elefante» para referirse a la caída de las reservas de crudo. Y claro, cuando las españolas y españoles tienen a su rey postrado por irse a matar elefantes, en el diario de Pedro J. estas palabras han sonado a pitorreo. Así, el editorialista llamaba a «responder ante la doble burla de Kirchner», y afirmaba que «al atropello que supone la expropiación de YPF a sus legítimos dueños, Kirchner añadió una burla a España y al Rey al justificar la expropiación en la caída de la producción de hidrocarburos en Argentina, en las desinversiones de YPF y en que `la caída de reservas de petróleo se parece a la trompa del elefante', en una clara referencia al accidente de Su Majestad en Botsuana del pasado viernes. Un feo desplante que refleja a la perfección la escasa talla política de la presidenta argentina». Ahí les duele, en la cadera de Su Majestad... Y en «La Razón» no podían ser menos, y pintaban la portada de color petróleo, titulando «La guerra sucia de Kirchner». Ya en el editorial, apuntaban que «Argentina ha despreciado el diálogo y la actitud de su Gobierno la sitúa cada vez más en la órbita del populismo que, bajo la bandera de los Castro, agrupa a Chávez, Correa, Morales y Ortega». Vamos, con los malos malísimos. Vaya año que les espera a los súbditos de Su Majestad.