Extrabajadores de «Público» intentan comprar la cabecera
Extrabajadores de «Público» despedidos tras el cierre han puesto en marcha una cooperativa para comprar la cabecera en la subasta que se realizará próximamente. Por el momento, recogen fondos a través de Internet y barajan sacar un medio progresista antes de verano.
Alberto PRADILLA | MADRID
Una treintena de extrabajadores y colaboradores de «Público» se han organizado a través de una cooperativa para tratar de hacerse con la cabecera del periódico. Su objetivo: «Recuperar el espíritu» de un medio que la gran mayoría de ellos ayudó a fundar y cuyo último número salió a la calle el pasado 24 de febrero, después de que su principal accionista, Jaume Roures, pusiese en marcha un concurso de acreedores. La cabecera y su página web, que está previsto que sean subastados próximamente, es lo único que quedan del rotativo. Para poder hacerse con la marca, este grupo de antiguos empleados ha puesto en marcha una campaña de «crowfunding» o minidonaciones a través de Internet. Por el momento, su intención es mantener la versión digital, aunque también aspiran a publicar un semanario en papel. Si el coste de hacerse con «Público» hiciesen inviable el proyecto, no descartan otras vías para poner en marcha un medio progresista que compita en los kioskos del Estado español, copados por completo por las publicaciones derechistas.
«Nos han despedido utilizando la misma reforma laboral que tantas veces criticamos desde nuestras páginas», denuncia Susana Hidalgo, que tras ocho años en «El País» se sumó a «Público» en setiembre de 2007 y hasta la clausura ejercía como redactora jefa en la sección de sociedad. Una de las grandes paradojas de este medio cuyo cierre definitivo en papel dejó sin trabajo a 126 empleados.
Ya desde el mes de enero, cuando Mediapubli, la empresa editora, anunció el concurso de acreedores, un grupo de periodistas valoró la opción de constituirse en cooperativa. Muchos lectores habían mostrado su intención de colaborar económicamente. Sin embargo, esta idea no fue vista con buenos ojos por Roures, tal y como les transmitió durante la asamblea de trabajadores. Ahora, ya en la calle, se han organizado para intentar hacerse con el medio.
Lectores y periodistas
«Si había lectores y periodistas, tenemos que intentarlo aunque un empresario haya dejado de poner dinero», señala Hidalgo. Junto a ella, Daniel Ayllón, a quien el consurso de acreedores le pilló con las maletas prácticamente hechas para desplazarse a Londres como corresponsal.
Ayllón explica que han recurrido a una campaña a través de Verkami con la que buscan obtener 30.000 euros. En 15 días han logrado la mitad, aunque reconocen que «esta no es la única opción para lograr fondos». Además del mecenazgo por Internet, los cooperativistas planean habilitar un sistema de suscripciones para los lectores. El administrador ha tasado todo el lote en unos 300.000 euros, incluyendo la web, el mobiliario y las fianzas. Si se hiciesen con la cabecera, tratarían de mantener en plantilla a algunos de los trabajadores que siguen en la actual página. Aunque tienen claro que, en el caso de no poder hacer frente al desembolso, buscarán otras opciones para tratar de sacar un producto antes de verano.
Mientras tanto, los periodistas tratan de aprender a contrarreloj cómo desarrollar un proyecto factible que ejerza de contrapeso a la abrumadora hegemonía de la derecha en los kioskos del Estado español.
El cierre de «Público» evidenció, aún más si cabe, el erial mediático existente en el Estado español a la izquierda de «El País». Al margen de la cabecera de PRISA, a quien ya nadie ubica en el campo del progresismo, los kioskos españoles ofertan «El Mundo», «Abc», «La Razón» y «La Gaceta», dejando el papel como territorio exclusivo para la derecha. Por el momento, Internet se ha convertido en el refugio de quienes tratan de escapar a este páramo informativo.
La clausura del periódico de Mediapro ha provocado también el surgimiento de otras iniciativas. Ahí está, por ejemplo, el proyecto de Diario.es, capitaneado por Ignacio Escolar, primer director de «Público» y que todavía se encuentra en fase de preparación. La crisis económica, unida a los problemas estructurales de la prensa, han dejado a la izquierda sin referentes en el papel. Otros proyectos más modestos, como el quincenal «Diagonal», funcionan por suscripción.
«Ojalá existiese un gran referente de izquierdas en el Estado español», considera Hidalgo, consciente de que el papel no pasa por su mejor época. A.P.
La cooperativa de trabajadores ha puesto en marcha la web «www.maspublico.org» en la que dan cuenta de una iniciativa que busca «continuar con el espíritu del diario».