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Arrecian las protestas de la oposición en Bahrein ante el Gran Premio de Fórmula 1

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GARA | DUBAI

Bahrein acoge el domingo el Gran Premio de Fórmula 1 entre el endurecimiento de las protestas de la oposición y un régimen que rechaza cualquier concesión de fondo. Las movilizaciones de la oposición chií aumentaron el jueves en varias ciudades, donde comenzaron «tres días de cólera» coincidiendo con la carrera y sus preparativos.

Convocados por el movimiento «Jóvenes del 14 de febrero», cientos de manifestantes se concentraron en las entradas de ciudades de mayoría chií clamando por la caída del régimen. «Abajo Hamad» gritaron en referncia al rey Hamad ben Issa Al Kalifa.

La Policía respondió con bombas lacrimógenas y aturdidoras. Testigos señalaron que los manifestantes lanzaron cócteles molotov. En la ciudad de Sanabes, cerca de la capital, aseguraron que la Policía hirió a varias prersonas con cartuchos de perdigones.

Además de los «Jóvenes 14 de febrero», el movimiento Wefaq, principal grupo de oposición chií, ha lanzado también un llamamiento a la movilización.

Abandonan el país

Dos miembros de la escudería Force India abandonaron el país después de que varios vehículos de este equipo quedasen atrapados en choques nocturnos mientras volvían del circuito a la capital. Las autoridades precisaron que un cóctel molotov cayó cerca de uno de los coches del equipo. La decisión de Force India se produce al día siguiente de que el equipo MRS, que tenía previsto participar en la prueba de Porsche Supercup -que acompaña la Fórmula Uno¯, anunciase su retirada por cuestiones de seguridad.

Las autoridades bahreiníes han detenido en los últimos días al menos a 60 manifestantes chiíes, según varios activistas, que enmarcan esta nueva ola de arrestos en un intento del Gobierno por eliminar cualquier brote disidente de cara al Gran Premio de Formula 1.

Amnistía Internacional denunció que Bahrein trata de venderse como un país con reformas mientras siguen registrándose casos de tortura y fuerza excesiva contra manifestantes.

El régimen ha reforzado las medidas de seguridad y la propaganda en torno a la carrera. El año pasado se suspendió la prueba debido a las protestas, en las que murieron 35 personas, cinco de ellas torturadas. Según Amnistía Internacional, 60 personas han muerto tras el inicio de la revuelta en febrero de 2011 en este reino donde la mayoría de población, de confesión chií, denuncia estar marginada. En contraste con la postura ante el conflicto sirio, la dinastía suní de los Al Kalifa cuenta con el apoyo de la vecina Arabia Saudí y de la complacencia de Estados Unidos, que tiene allí la base de su V Flota. En marzo de 2011 las monarquías del Golfo, que reclaman apoyo con armas a los rebeldes sirios, enviaron tropas para permitir a las fuerzas de seguridad bahreiníes reprimir el levantamiento.

Washington evita elevar el tono contra el régimen, en quien ve un aliado frente al Irán chií y un elemento clave en su estrategia en el Golfo.

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