Aportaciones de Eroski y Fagor, difíciles de vender pero rentables
La alarma causada por las participaciones preferentes está poniendo de los nervios a muchos de los que en su día adquirieron aportaciones financieras de Eroski y Fagor. Y es que comparten casi todas sus características, por lo que constituyen un producto de elevado riesgo, aunque también hay una diferencia esencial, ya que la garantía de abono de los intereses no depende de los resultados.
Alberto CASTRO |
El ruido organizado por las participaciones preferentes en los últimos meses, justo desde que los bancos han comenzado su proceso de conversión en acciones al no poder computarlas ya como capital básico, se extiende también a las aportaciones financieras subordinadas. En Euskal Herria han tenido buena acogida las emisiones lanzadas por Eroski y Fagor para reforzar su capital social.
En la actualidad hay dos emisiones vivas de Eroski en el mercado de renta fija AIAF. Una conjunta, que acumula las ofertas suscritas en 2002, 2003 y 2004, y otra de 2007. Fagor, por su parte, mantiene las emisiones de 2004 y 2006.
El año pasado se repartieron 29 millones de euros entre todos los poseedores de las aportaciones de Eroski. En los últimos cinco años, los inversores particulares han recibido de esta cooperativa intereses por valor de 173 millones de euros.
Las aportaciones financieras comparten casi todas sus características con las participaciones preferentes. Basta con leer los folletos explicativos de las emisiones para comprobar el elevado grado de riesgo asumido y las escasas posibilidades de recuperar todo el dinero al ponerlas a la venta. Comparten con las preferentes el hecho de ser perpetuas, uno de sus grandes riesgos, y la contingencia de que la compañía las amortice, parcial o totalmente, a los cinco años.
También comparten el turno en la cola de los acreedores, puesto que se fija expresamente su lugar después de todos los comunes o por créditos ordinarios de la entidad. Esta situación solo se daría en caso de disolución de las cooperativas, tal como se especifica también en los folletos correspondientes.
Falta de liquidez
El gran quebradero de cabeza para los tenedores de aportaciones financieras es la aventura de venderlas sin esperar a la amortización. Son valores mobiliarios negociables dentro del mercado de renta fija AIAF, pero como sucede con las preferentes, el tenedor podría perder parte de su inversión al efectuar la venta. Además, suele ser un proceso largo por la dificultad de encontrar un comprador y la opacidad del propio mercado.
Por tanto, es un producto sin liquidez real, que está sometido a la voluntad de las entidades encargadas de gestionar las operaciones y de las contratadas por el emisor para facilitar su venta. Como bien se dice en el folleto de la emisión de Eroski correspondiente a 2002: «No hay garantía de que exista liquidez en ese mercado».
Y cuando ésta puede darse, casi siempre sale perjudicado el vendedor. Por ejemplo, en el mercado de renta fija AIAF, el último precio negociado de la emisión unificada de 2002-2003-2004, fechado el 17 de abril de 2012, era de 56,96%. Por el contrario, se recoge un precio de 100% para una última venta efectuada el 24 de octubre de 2011 de títulos de la emisión de 2007. En Fagor, sin embargo, el panorama es peor. Las dos emisiones en circulación, de 2004 y 2006, no alcanzan siquiera el 40% en los últimos precios negociados de marzo y abril.
Abono seguro
No obstante, habría que destacar una diferencia esencial entre las participaciones y las aportaciones. Es la garantía del abono de los intereses, que no depende de los resultados. En 2012, las aportaciones emitidas por Eroski en 2007 recibirán un interés del 4,268%, mientras que las tres anteriores tendrán un tipo del 4,768%. Por su parte, Fagor adelanta un interés del 5,455% para sus dos emisiones.
Las participaciones preferentes, sin embargo, tienen que esperar a que las entidades dispongan de beneficios distribuibles en el ejercicio. Si no los hubiere, el cupón de ese año no se puede recuperar y los tenedores habrían prestado gratis su dinero.
Para algunas aportaciones financieras, además, existe un mecanismo de abono diferido mediante el incremento del valor nominal, lo que repercute favorablemente en los futuros pagos de intereses y la amortización de los títulos. Por tanto, la premisa de rentabilidad se mantiene en todos los escenarios.
Por último, y no menos importante, está la garantía de la emisión. En este caso, tal como se señala en los folletos informativos, solo se ciñe a la responsabilidad patrimonial. No existe, además, ninguna calificación crediticia que avale al emisor o al propio producto. Y es aquí donde muchos inversores muestran también una desconfianza creciente hacia la futura solvencia del grupo de distribución.
Pero, como siempre, si alguno de estos detalles fundamentales a la hora de decidir una inversión ha sido ocultado por los comercializadores o el producto no es adecuado para el cliente, estaremos en nuestro derecho de acudir a los tribunales para tratar de recuperar la cantidad prestada.
El gran quebradero de cabeza para los tenedores de aportaciones financieras es la aventura de venderlas sin esperar a la amortización, ya que es un producto sin liquidez real y no es fácil encontrar un comprador.
En 2012, las aportaciones emitidas por Eroski en 2007 recibirán un interés del 4,268%, mientras que las tres anteriores tendrán un tipo del 4,768%. Por su parte, Fagor adelanta un interés del 5,455% para sus dos emisiones.