Liga Asobal
Ninguno quiso dar su brazo a torcer
Anaitasuna y San Antonio vuelven a empatar en un partido duro y emocionante, con unas gradas repletas y decisivas en la remontada.
ANAITASUNA 27
SAN ANTONIO 27
J.C. ELORZA
El derbi navarro respondió a todas las expectativas con un partido duro, sin concesiones, intenso del primer al último minuto, con dos equipos que se vaciaron en el campo y un desenlace digno de la mejor película de suspense: un empate a 27 que, añadido al 28-28 de la primera vuelta, deja el debate pendiente para la próxima Liga.
San Antonio tuvo una salida mucho mejor, amparado en su fortísima defensa 6:0 y la hiperactividad del zarauztarra Agirrezabalaga durante la primera mitad (en la que marcó 7 de sus 8 goles). El ataque del Anaita se enredó en la zona de su lateral izquierdo, donde un Bernatonis muy desafortunado fue presa de la agresividad defensiva de Meoki, y cinco pérdidas de posesión consecutivas en los primeros instantes del partido (Etxaburu tuvo que pedir tiempo en el minuto 7.15) dieron la primera ventaja a San Antonio. Del 2-1 se pasó al 2-7 en los peores momentos de Anaitasuna, machacado al contraataque (7 goles a la contra en la primera parte).
Etxaburu tranquilizó a sus jugadores antes del inicio de la segunda mitad, y les aseguró que en cuanto pillaran una pequeña racha el público les empujaría hacia adelante. El técnico eibartarra acertó de pleno, aunque el aliento de la grada tuvo que durar hasta el último segundo, pues el empate de Anaitasuna no llegaría hasta el minuto 58.15, y para ello tuvo que mostrar un coraje inquebrantable.
Para superar a la corpulenta defensa antoniana, que además dificultaba mucho la conexión con el pivote Reig, Etxaburu optó por dejar en el banquillo a Montávez y afrontar la segunda parte con tres lanzadores en su primera línea: Bernatonis, Nadoveza y Borragán. Aunque Slujters aumentaba la ventaja a seis nada más empezar la segunda parte (13-19), Sánchez Capón se hizo fuerte en la portería, y Nadoveza se dispuso a dar un curso acelerado de buen balonmano. En los ocho minutos siguientes San Antonio no volvió a marcar, y los locales se acercaban en el marcador (16-19).
Pero San Antonio no estaba por la labor y hacía frente al rival, y al griterío del pabellón, con Lucau sumándose al recital de paradas. Anaitasuna se acercaba a dos goles en varias ocasiones (18-20, 19-21, 20-22), con Nadoveza y Borragán liderando su juego ofensivo, acompañados de un Carvajal infalible desde los siete metros (entres los tres marcaron 12 de los 14 goles de Anaitasuna en esta mitad).
San Antonio se sostenía gracias a los chispazos de genio de Mindegia y los lanzamientos de distancia de Sluijters, pero sus recursos ofensivos iban decayendo junto a su entereza física. Sevaljevic ocupaba el lugar de Rasic, pero se mostraba fuera de sitio, mientras Etxaburu tenía que echar mano de Carvajal y Ragot en su primera línea para dar oxígeno a sus laterales.
Con 22-26 a 8.30 del final el partido parecía encarrilado, pero Nadoveza se negó a echar la toalla, y tres goles suyos y una gran asistencia a Reig propiciaron el 26-27, para que Borragán pusiera la guinda con el empate.